Según datos del ente estadístico de Buenos Aires en febrero una familia porteña necesitó 26.858$ para no ser pobre, lo cual representó una suba del 4,1% con respecto al mes anterior. Por su parte el Indec reveló que el aumento de alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 5,7% a nivel nacional, mientras que la inflación general fue de 3,8%.

Para el caso de otras regiones la suba en los productos básicos alimenticios fue aún mayor que el índice general de inflación, ya que por ejemplo en la zona pampeana fue de 6,1%, en el noroeste de 6,9% y en cuyo 6,3%. Estos datos revelan que los sectores más golpeados son las clases bajas trabajadoras, que gastan la mayor parte de sus ingresos en comida.

Por su parte, si la comparación se hace entre febrero del 2018 con igual mes del 2019, la inflación general fue de un 51,3% y para el caso de los alimentos el porcentaje asciende a 58,3%. Muy atrás quedan los salarios de los sectores más vulnerables como los y las trabajadoras de programas de empleo que cobran 6 mil pesos y que ven que sus ingresos aumentan de a montos miserables.

A su vez, se encuentran faltantes graves en los productos de precios cuidados en los supermercados. Por ejemplo, La Armonía es el único sachet que se vende a 25,47 pero en las grandes cadenas de hipermercados no se consigue y en los locales chinos se vende un 50% más cara. Por lo que la escases se debe a la especulación de las empresas, ya que este producto pertenece a la Serenisima, por lo que a los fabricantes les conviene más vender una leche más cara.

Otro dato que preocupa es el índice de desocupación. El último dato publicado por el Indec corresponde al tercer trimestre del 2018 cuando llegó a 9,6%, es decir que hubo 1.800.000 desocupados en todo el país. En los próximos días ese organismo dará a conocer las nuevas estadísticas tanto de pobreza como de desocupación, y ya la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el ministro de Producción, Dante Sica, anticiparon que cada uno de esos índices será más alto.