Las próximas elecciones generales del 11 de junio se realizarán después que la fecha prevista inicialmente para el 14 de mayo fuera cambiada ante la resolución de la corte de objetar la candidatura de Juan Manzur como vicegobernador. Estas elecciones se dan en la provincia de Tucumán en el marco de una crítica situación social, económica y política que atraviesa nuestro país y desde nuestras organizaciones entendemos necesario expresarnos.

La ilegal candidatura de Manzur, el antidemocrático régimen de acoples que sostienen y un favor a Juntos por el Cambio por parte de la corte suprema al objetar la candidatura (que finalmente fue reemplazada por un nuevo candidato Miguel Acevedo) están lejos de ser una prioridad para nosotrxs. Las condiciones de vida de la clase trabajadora se deterioran día a día, producto de una crisis capitalista que muestra los claros límites de los proyectos progresistas de gestión del Estado en la Argentina.  Además de ese problema estructural, en la provincia atravesamos una grave epidemia de dengue que deja al descubierto el deterioro del sistema sanitario provincial por un lado y de la infraestructura urbana. Las calles anegadas, el sistema de desagüe cloacal desbordado, la proliferación de basurales y los canales sin mantenimiento son el verdadero germen de larvas, mientras los gobiernos municipales y provincial gastan los fondos públicos en campaña.

Es por eso que desde Marabunta, FOL y FPDS CP, hacemos un llamado a votar críticamente a la expresión de izquierda representada en el  FIT-U (Frente de Izquierda y lxs Trabajadorxs-Unidad). Consideramos que, con algunas contradicciones y diferencias, el FIT-U representa hoy la principal alternativa electoral anticapitalista. Al mismo tiempo, hacemos un llamado a sus organizaciones y adherentes a proyectarnos más allá de lo electoral y avanzar en la consolidación de una fuerza social que sea capaz de enfrentar las avanzadas del capital y nos permita cimentar una alternativa de clase que transforme nuestras condiciones de vida de manera radical.

NADIE VOTÓ AL FMI PARA QUE GOBIERNE PERO TODOS LO BANCAN

En el plano nacional, las diferentes fracciones del capital local se vinculan con distintas potencias y se amontonan para rifar los bienes comunes al mejor postor sin más proyecto que recibir migajas, profundizando el extractivismo y la explotación de quienes vivimos del fruto de nuestro trabajo.

El Frente de Todos en sus diversas variantes, lejos de llevar a cabo políticas que favorezcan a la mayoría de la población, siguió el libreto del libre mercado, reconoció como legítima la deuda contraída durante el gobierno de Macri, co-gobernó con el FMI y se alió a Estados Unidos.

El radicalismo y el sector larretista del PRO ofrecen la opción de centro derecha -en sintonía con sectores como el de Massa- una especie de Mauricio Macri recargado. Es una película que nuestro pueblo ya vió en los 90 con Menem y De La Rúa: apertura económica, privatizaciones, focalización extrema (sostener la salud y educación mínima, para quiénes no pueden acceder a ningún tipo de servicio pago), entre otras.

Mientras que el sector comandado por Patricia Bullrich se planta como la opción derechista del PRO, profundizando su discurso de odio contra las mujeres e identidades feminizadas, los pueblos originarios y el movimiento piquetero. Con un libreto similar al de Massa y Larreta, buscan propiciar la liberalización de la economía, la flexibilización laboral, la mercantilización de la salud y educación pública; y la represión a quienes se opongan a estas políticas.

Al costado de Bullrich emerge desde las últimas elecciones Javier Milei, expresión nacional de la extrema derecha ultraneoliberal, que radicalizó el discurso reaccionario corriendo los márgenes políticos hacia la derecha. Este grupo ha podido acercar a sectores que históricamente eran más proclives hacia nuestras expresiones, como son la juventud y ciertos estamentos de trabajadorxs. Esto lo ha hecho a través de un discurso pretendidamente rebelde, que en realidad es funcional a los sectores más ricos del país aún cuando diga posicionarse  contra las “castas” (dentro de las cuales él no se incluye). El trasfondo de todo esto es un discurso de odio, negacionista y colonial.

El acuerdo firmado con el FMI para estabilizar la economía –en realidad la desestabilizó totalmente– es una suma de condicionamientos monetarios y fiscales que impactan negativamente sobre nuestras condiciones de vida y que reducen el poder de compra de la clase trabajadora ocupada y desocupada.

Lejos de ser un ajuste impuesto, se ha transformado en un verdadero cogobierno en alianza no sólo con el ejecutivo nacional sino también con las provincias. En este aspecto coinciden el FdT, JxC y los partidos provinciales gobernantes. Además, cuentan con la colaboración necesaria de las burocracias sindicales y sectores aliados a estas políticas.

El escenario actual no solo muestra la crisis de un gobierno sino también las limitaciones e inviabilidad del proyecto progresista de gestión del Estado burgués, que resulta impotente frente al bloque de corporaciones –agro, industrial, bancario, comunicacional y trasnacional extractivista– que potencian la inestabilidad económica, la concentración de riquezas y el saqueo de los bienes comunes.

LXS DE ARRIBA SE ACOMODAN

En las elecciones del próximo 14 de mayo, en Tucumán se renovarán todos los cargos desde gobernador y vice hacia abajo. Se eligen 49 legisladores provinciales (en tres secciones electorales: este, oeste y capital), 19 intendentes, 184 concejales y 93 comisionados comunales del interior de la provincia. 

Los representantes de los partidos burgueses suelen referirse a las elecciones como una “fiesta de la democracia”. Lo que no dicen es que es una fiesta a la que lxs laburantes no estamos invitadxs, es solo para ellxs y las distintas fracciones de burguesía que representan. Esa fiesta hace años que en Tucumán es un obsceno desvío de recursos estatales y prebenda de votos a cambio de bolsones, promesa de trabajo o amenazas de perderlo y cargos. En gran medida esta práctica se sustenta por la nefasta ley de acoples, que a partir de la reforma de la constitución de 2006 reemplazó a la nefasta ley de lemas. El clásico cambiar algo para que no cambie nada.

Es una muestra más de la podredumbre de la clase política local. Los dos partidos principales financian las campañas de 71 acoples desde las arcas de la provincia y la ciudad, mientras en los hospitales se producen renuncias de médicxs hartxs de los bajos salarios y las pésimas condiciones de trabajo. Mientras no hay reactivos para test de dengue y lxs infectadxs hacen filas por horas en la calle y son atendidxs en carpas.

Más allá de los nombres y de las afiliaciones partidarias, ninguna de estas expresiones políticas representa una perspectiva que dé verdaderas respuestas a las necesidades de les trabajadores y el pueblo tucumano. Tanto unes como otres permanecen desde hace tiempo en los distintos espacios del poder político, en estrecho lazo de intereses con los sectores patronales más explotadores, con las jerarquías eclesiásticas más conservadoras y con la burocracia sindical. Tanto unes como otrxs tienen distintos grados de responsabilidad en la crisis política y económica actual.

A esa simultaneidad de crisis se le suma la crisis sanitaria que estamos viviendo en la provincia, con una epidemia incontrolable de dengue, combinada con un alza de casos de bronquiolitis, influenza y covid. El colapso del sistema sanitario se evidencia en cada guardia hospitalaria mientras lxs médicxs que dirigen los destinos de la provincia están en campaña. 

La falta de personal sanitario es producto de una masiva fuga de profesionales  sin antecedentes en la provincia. Y se debe a las condiciones de formación, trabajo y salarios del sector. Una situación que se ha deteriorado desde la asunción de Juan Manzur a la gobernación y de Rossana Chahla cómo ministra de Salud cuyas políticas de ajuste significaron para el sector una pérdida del salario real superior al 28% desde 2016.

Las políticas de Jaldo y Manzur, con el aval de Juntos por el Cambio y Fuerza Republicana, llevaron a que la provincia tenga una pobreza del 43,5% y que el trabajo informal supere el 45%. Trabajar ya no garantiza estar por encima de la línea de pobreza. Como lo demuestran las luchas de docentes y sanitarios por salarios que superen el valor de la canasta alimentaria.

Tucumán se caracteriza por la desigualdad social, que afecta particularmente a las mujeres y disidencias: el 78% de las mujeres jóvenes y el 67% de las adultas no consiguen trabajo en el mercado laboral. El 27% de quienes trabajan en el sector privado, no se encuentran registradas mientras que de las 50 mil personas que trabajan como empleadas domésticas, sólo 16% están registradas y resulta casi imposible conocer cuál es el salario promedio. Ellas son, además, quienes garantizan el trabajo reproductivo de sus hogares. Sobre cómo van a atacar esa desigualdad estructural caracterizada por la clase, género, y hasta las etnias, las dos candidatas mujeres a la intendencia de la capital (Chahla por el PJ y Avila por Cambiemos), no dicen nada. 

En el debate de candidatos por la intendencia capitalina, la ex ministra de salud enlistó todas las veces que la candidata y actual senadora de Juntos por el Cambio, Beatriz Avila, omitió votar leyes que mejorarían la vida de las mujeres con un cinismo impactante. Como si ella misma no estuviese señalada por las Naciones Unidas como principal responsable de las torturas recibidas por una niña en el marco de la atención sanitaria de un aborto legal.

Si a eso se le suma, los estrechos vínculos políticos con las jerarquías tanto de la Iglesia Católica como de las Iglesias Evalgelistas, de los principales candidatos a la gobernación, a la avanzada conservadora antiderecho solo la puede detener una organización trans-feminista por abajo.

SITUACION REPRESIVA 

Mientras la ultraderecha pide armas de la mano de Ricardo Bussi -hijo del genocida Antonio Domingo Bussi, denunciado por abuso sexual y socio de Milei en la provincia- la avanzada represiva no ha cesado, por el contrario, la criminalización, persecución, detenciones llevadas a cabo por diversos mecanismos a los de abajo sigue siendo moneda corriente en todo el territorio.  La impunidad de la institución policial es garantizada por la Corte Suprema de Justicia de la provincia anulando sentencias de casos de gatillo fácil (como Facundo Ferreira, Miguel Reyes Pérez) arrancadas tras años de luchas en las calles. Paralelamente, el 29 de marzo, un dia despues de la sentencia por el asesinato de Luis Espinoza y las lesiones a su hermano Juan, la policia de la provincia hizo un allanamiento con siete moviles policiales, en la casa de la familia Espinoza, tambien respaldado por el Poder Judicial Provincial. Demostrando así que los de abajo seguimos siendo quienes pagamos todas las cuentas que nos deja el manodurismo.

Nuestra historia nos enseñó que en tiempos de crisis para que haya ajuste es necesario la represión y siempre se empieza con persecución política, tal como se evidencia en el reciente despido de nuestro compañero de lucha, el doctor Juan Paz, candidato a intendente por el FITU que tuvo que ser reincorporado por la rápida denuncia y solidaridad de las organizaciones.

LXS DE ABAJO NOS ORGANIZAMOS Y LUCHAMOS

Toda esta situación descrita, así como muchas otras que afectan a nuestro pueblo trabajador, plantea el desafío de desarrollar una propuesta política alternativa para los sectores más explotados y castigados. Una propuesta que perfile una sociedad distinta, donde no existan explotadores ni explotadxs, es decir una sociedad socialista. Es necesario avanzar en ese sentido con la convicción que la construcción de ese socialismo no será posible si no acabamos al mismo tiempo con toda forma de opresión heteropatriarcal, machista y homo-lesbo-transodiante. Esa sociedad será una en la que nuestros recursos naturales sean preservados y no sean una mercancía más al servicio de los egoístas intereses capitalistas. Esa sociedad, creemos que debe construirse desde ahora y desde abajo, sosteniéndose en las luchas de los sectores oprimidos, desarrollando experiencias en donde lxs trabajadorxs vayamos impulsando nuestro propio poder y capacidad autonóma para decidir y organizarnos.

En Tucumán se resiste la avanzada de las derechas (las viejas, las nuevas y las camufladas en los partidos tradicionales) y el ajuste en las calles. Y se construye y prefigura ese horizonte socialista. Lo hacen lxs trabajadoxs desocupadxs, lxs docentes, lxs médicxs, lxs trabajadorxs del citrus, lxs familiares de víctimas de gatillo fácil, lxs ambientalistas y otros sectores oprimidos que se organizan para defender sus derechos. Siempre junto a organizaciones sociales y políticas de izquierda.

La pandemia frenó un proceso de autoorganización y lucha del sector educación y salud que en estos días tiene un fuerte resurgir y vuelve a colmar la Plaza Independencia desbordando a las burocracias sindicales. Confluyen con las organizaciones sociales nucleadas en el Frente de Lucha Piquetero, el sector más dinámico y combativo de la última década y que resiste todas las arremetidas (que vienen desde Cristina hasta Larreta pasando por Milei) manteniéndose siempre movilizado.

POR LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA MÁS ALLÁ DE LAS ELECCIONES

Consideramos que son muchas las virtudes construidas por el FITU desde su surgimiento: constitución de una referencia de izquierda anticapitalista en la disputa política nacional, su participación en las luchas sociales y obreras, intervenciones políticas en el parlamento desde una perspectiva clasista y feminista, entre tantas otras.

Ante el estado de situación descrito, entendemos que en nuestras organizaciones tenemos y debemos seguir explorando y practicando acciones y herramientas estratégicas de superación de la fragmentación política, que conlleven a la unidad del campo popular, en pos de un cambio radical de nuestras sociedades.

Sin perjuicio de ello y en virtud del escenario político descrito anteriormente -que habilita y requiere de intervención política desde abajo-, el FITU no escapa a la dinámica de las disputas internas en las que se encuentran las coaliciones comandadas por los partidos patronales. Sostenemos la necesidad de superar esta dinámica, lo cual será posible en tanto el FITU trascienda la herramienta del frente electoral y exista claridad sobre la necesidad de crear una referencia anticapitalista mayor como posibilidad de soñar otro mundo.

En esta línea, como elemento importante, creemos que el FITU debe incluir nuevos actores y actrices politicxs provenientes de las luchas sindicales, indígenas, feministas, socioambientales, así como de las organizaciones anticapitalistas revolucionarias de las distintas tendencias y tradiciones políticas, que puedan aglutinar detrás de un programa común. El FITU puede ser una herramienta para encauzar la unidad de las luchas reivindicativas hacia un horizonte político de transformación radical de la sociedad, aglutinando los esfuerzos de las militancias clasistas, socialistas y feministas de cada lugar del país. La inclusión de nuevas tendencias políticas, permitirá que el programa del FITU dialogue con nuevos sectores del pueblo trabajador, eleve la politización del activismo e invite a los sectores desencantados del impotente proyecto progresista - kirchnerista a apostar por un cambio social profundo.

En el mientras tanto, en nuestras construcciones territoriales, productivas, sindicales, de los movimientos estudiantil y de mujeres y disidencias propiciamos la prefiguración de la sociedad que queremos.

MARABUNTA - CORRIENTE SOCIAL Y POLÍTICA

FRENTE DE ORGANIZACIONES EN LUCHA

FRENTE POPULAR DARIO SANTILLAN CORRIENTE PLURINACIONAL