Quienes paran las ollas en los barrios esperan desde altas horas de la madrugada a ser atendidos por la empresa privada que entrega las partidas alimentarias del Estado y que les citó para este día. Al avanzar la jornada y no tener repuestas expresaron su descontento. Como respuesta el gobierno de Manzur y Jaldo les mandó la policía. 

Los malos manejos de la gestión de los alimentos vienen con amenazas y favoritismos para con los punteros.

"Una se organiza para poder venir. Me cambiaron la fecha de la cita. Me dijeron que si no retiraba los alimentos hoy debía esperar hasta después del 1ro de junio porque están en campaña de elecciones. 
Dan prioridad a los punteros que vienen con camiones. Hay quienes están esperando solo un bolson y deben esperar que estos carguen sus camiones primero. " manifestó María del merendero Esperanza del FOL 

La policía impide que quienes están en el lugar puedan hacer registro de la situación y amenazan  con quitarles sus teléfonos celulares si lo hacen.

El ajuste se siente cada día más en los bolsillos, en las mesas y en los cuerpos. La asistencia a los comedores y merenderos se multiplica.  
Los insumos de alimentos por parte del Estado son insuficientes, no atienden a las demandas necesarias para la nutrición y demoran mucho tiempo en ser entregados.

El traslado de los alimentos, el pago de los servicios para poder cocinarlos, 
la fuerza y tiempo de trabajo, y el mayor porcentaje de alimentos que hacen una olla sale de los bolsillos de quienes sostienen estos espacios 
para que sigan funcionando mientras el Estado les persigue y les violenta.