Desde el 2013 viene creciendo la exigencia al Estado de una Ley de Humedales, es decir una ley de presupuestos mínimos de protección ambiental que asegure la conservación de estas áreas que comparten una propiedad primordial: el agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones. El por qué es urgente su protección tiene que ver con sus beneficios y porque desde 1970 su extensión ha disminuido rápidamente con pérdidas de hasta el 35%. Las causas de degradación y vulnerabilidad que sufren estos hábitats son la ampliación de la frontera agrícola, el uso de agrotóxicos, la actividad minera, la sobreexplotación de bienes naturales, el desarrollo industrial e inmobiliario, las especies invasoras y el desecho de residuos mal tratados.

Por eso desde el FOL se apoya el Proyecto de Ley consensuado por diferentes organizaciones y la Multisectorial humedales (EXPTE 0075-D-2022) que permitiría el andamiaje institucional, definiciones y herramientas necesarias para detener y revertir de manera efectiva la emergencia que atraviesan los humedales y protegerlos, un tema que año tras año queda fuera del listado de temas para tratar en las sesiones extraordinarias del Congreso.

Martín Graziano, integrante de FOL Eléctrico, investigador del CONICET y biólogo de la UBA, apunta: “Queremos que la naturaleza no sea un lujo de los que pueden viajar sino que podamos convivir en nuestros barrios, disfrutar de la naturaleza y por eso destacamos la necesidad de tener una ley de humedales que los proteja, los recupere y multe y condene a los que especulan con la transformación productiva de los humedales provocando incendios, que haya presupuesto para conservar proteger y recuperar”. Pero a su vez señala: “La ley sola no alcanza, es una de las tantas cosas que hay que tener, y seguir fortaleciendo trabajos territoriales donde distintas asambleas vienen luchando por la recuperación de espacios verdes, que en las ciudades son pocos por el desarrollo de inmobiliarias, impermeabilizando con cemento”.

En 2018 Martín fue uno de los impulsores desde la regional del Proyecto Hábitat Claypole, un espacio interdisciplinario conformado por organizaciones de la sociedad civil que involucra al campo científico y universitario  donde la intención es recuperar el Arroyo San Francisco para mejorar las condiciones habitacionales y ambientales de la cuenca y que las inundaciones que sufren los vecinos dejen de verse como “desastres naturales” y comience a verse desde la perspectiva de extractivismo urbano. El proyecto estudió el terreno y decidieron ampliar el arroyo y además generar un humedal artificial que pueda depurar el agua contaminada.

“Conservar la naturaleza nos beneficia a todes porque mejora la salud mental, porque mitigan inundaciones, mejoran la biodiversidad, revalorizan tanto culturalmente como recreativamente la zona, lo venimos viendo en Claypole, más biodiversidad, vecinos contentos con el trabajo que venimos haciendo, juntamos firmas y tratamos de que estas 14 hectáreas sean declaradas de interés municipal para que avance este proyecto” apunta Martìn.

El año pasado el proyecto hábitat junto con vecinxs de Almirante Brown marcharon a la municipalidad para pedir que se concrete una mesa de trabajo pautada en 2018. Ahí le plantearon al director de obras de la Secretaría de Infraestructura que las tierras que recorren los márgenes del arroyo, que son privadas, no pueden ser destinadas a la construcción porque eso solo empeorará la situación de forma estructural.

 “Consideramos que es importante que el Estado tome medidas para que esas tierras se conserven de forma pública” dijo Laura, una de las integrantes del Proyecto a FOL web. El objetivo principal del proyecto presentado al municipio es la creación de corredores verdes urbanos que permitan la recuperación del suelo y la biodiversidad, la creación de un humedal que permita la mitigación de las inundaciones y la creación de un Reserva Ecológico-Deportiva. Una de las luchas de la regional sigue apuntando a lograr que el municipio apruebe el proyecto.

Humedales y Selvas Marginales de Berazategui

Lihuén es parte del FOL y desde que nació hace 36 años vive en zona sur del conurbano bonaerense donde hay humedales y selvas marginales. “Me crié toda mi vida en Hudson con su naturaleza y vi cómo arrasaron con todo” dice al respecto de la situación de los humedales de la zona en la qué se involucra a través de la participación en asambleas. Cuenta que actualmente la militancia por la conservación del medio ambiente y la biodiversidad se sostiene con muchas dificultades entre Preservando Hudson, Asamblea OCO, y el Foro en defensa del Río de La Plata. 

Por el momento la lucha del activismo regional logró frenar judicialmente y temporalmente lo que es el Paseo Costero del Río, “un proyecto vendido como sustentable que te manda a leer un proyecto de 40 hojas pero en concreto impulsa la pavimentación para que pasen camiones, venden lugares ornamentales pero para eso matan sapos, víboras, lagartos overos, entre otras especies nativas”. 

La tierra, un negocio y una conquista perpetua

Sin embargo, hoy en día en Hudson se reactivaron dos de las tres obras que se habían frenado en la ruta 63 que lleva al Río de La Plata: uno es el barrio privado “Hudson Lagoon”  que recientemente era comercializado por el Grupo Monarca hasta que quedó frenado por un estafa en Pilar y ahora lo agarró Toribio Achaval y O´keefe que es quien comercializó más del 90% de los barrios de Hudson, una inmobiliaria de Quilmes. A su vez, Toribio Achaval comercializa Pueblos del Plata y la constructora es Caputo Hermanos. Tanto Pueblos del Plata y barrio Elcano siguen removiendo y arrancando humedales.

“Barrios privados hay por toda la zona y para poder levantarlos arrasaron con humedales y con parte del Parque Pereyra que llegaba hasta Hudson” indica Lihuén y explica que una de las consecuencias más graves además de matar especies de animales como aves migratorias que descansan allí, también afectaron el agua de las napas. “Pincharon las napas y salinizaron la tierra, así comenzaron a secar la vegetación de la zona y el agua se volvió intomable al punto que en Berazategui las familias deben comprar un bidón de agua a $600”, dice.

Sin importar que viola el artículo N° 41 de la constitución, en Berazategui se reactivaron dos obras que están a la vista entre otras, barrios privados hay por toda la zona y para poder levantarlos arrasaron con humedales y de parte del parque pereyra que llegaba hasta Hudson. 

Ante esto las actividades contra el extractivismo urbano continúan mientras se exige la Ley de Humedales ya. El domingo 12 de febrero a las 18 hs la Asamblea Oco y Preservando Hudson convocan a la comunidad a una charla en el Playón del Río para compartir la situación de privatización y destrucción de los humedales con la construcción de barrios cerrados. Desde la organización del evento remarcan que hay “la conquista sigue”, porque las empresas inmobiliarias utilizan los nombres de los conquistadores como Villalobos, Magallanes, Elcano y Gaboto para nombrar a los countrys. “A cambio de este nuevo genocidio vuelven a darnos espejitos de colores: un camino al río para vecinos que destruye toda la dinámica hídrica del lugar, un playón de puro cemento donde ni siquiera tenemos cemento para refugiar, un murallón que nos oculta el río, baños nauseabundos”.