Desde comienzos de Junio, luego de la inauguración del espacio donde funciona el taller de la Cooperativa Hilvanando sueños del FOL Salta, un grupo de alrededor de 25 vecinos y vecinas  vienen trabajando semana a semana en distintos proyectos productivos textiles y de marroquinería. El primero de estos estuvo enfocado a la producción de chalecos identitarios del FOL: “Aprovechando que ahora si contábamos con máquinas textiles industriales y una bordadora que se habían adquirido, decidimos proponerles a les compas producir chalecos como tienen otras regionales, no solo para que puedan ir identificados con la Regional a plenarios y escuelas de formación sino para poder crear de alguna forma ese sentido de pertenencia a la organización…” comenta Juana, una de las primeras capacitadoras del taller y quien tomo la iniciativa de contagiar el entusiasmo a sus compañerxs para tramitar la Cooperativa y emprender el camino hacia la autogestión.

El segundo proyecto estuvo orientado a la demanda de los primeros clientes: “Después de vender los productos de la capacitación de marroquinería y al ver que había más pedidos nos animamos a presentar un proyecto más grande para producir mochilas, cartucheras, necesser, loncheras, monederos y de ahí arrancamos a producir más cantidad de diferentes modelos, telas y tamaños…” comenta María, trabajadora de la cooperativa. Actualmente, les trabajadores del taller de textil continúan laburando en estos proyectos, pensando y armando otros nuevos y proponiendo ideas colectivas para el crecimiento futuro de la Cooperativa: “les propusimos a les compas de la Comisión de Prensa que ellos nos den una mano con el marketing y la creación de las redes sociales como armar también un catálogo para pedidos y ventas” agrega Juana.

Les integrantes de la regional Salta del FOL se organizaron colectivamente para llevar adelante ambos proyectos con el objetivo de adquirir nuevos conocimientos, herramientas y experiencias diferentes a la lógica de producción y explotación capitalista. “En la cooperativa aprendimos a ayudarnos unos a otros, trabajar y superar juntos las dificultades en la organización del trabajo, a compartir e intercambiar conocimientos y métodos de trabajo, a pensar y generar herramientas propias y sobretodo a crear vínculos de confianza, empatía y compañerismo…” finaliza María. El cooperativismo les permitió repensar sus vidas, cuestionar su concepción del trabajo desnaturalizando prácticas tradicionales como así también construir otras formas de relacionarse en el espacio donde trabajan. Frente a las políticas de ajuste neoliberal y la actual coyuntura político-económica en Argentina, emprender el gran camino de la producción desde la autogestión es un gran desafío, pero aun así les trabajadores de la Cooperativa Hilvanando Sueños continúan apostando al trabajo autogestivo y sin patrón, con la certeza de que el cooperativismo es parte del cambio social por el que luchan todos los días.