Por esos años al país lo gobernaba una dictadura militar que lideraba Agustín Lanusse, y les Trabajadorxs y estudiantes que se organizaban corrían el riesgo de ser perseguidos. La suerte de algunes de elles podía ser la cárcel.

Dentro del penal de Rawson, el vínculo y la unidad de la militancia fue crucial para la planificación y acción de la fuga. Eran 120 compañeres los que se iban a escapar y que provenían del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)/Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Montoneros y Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

El 15 de agosto, las cosas empezaron saliendo bien, y el primer y segundo grupo de los tres pudo salir del penal. En el primero eran seis personas y en el segundo 19, pero hubo una falla logística y los autos y camiones que los tenían que alzar no pudieron hacerlo.

El primer grupo logró llegar al aeropuerto de Trelew y subirse al avión con dirección a Chile que había sido tomado por otres compañeres. El segundo grupo logró apilarse en remises y llegar al Aeropuerto, que fue una gran hazaña, pero era tarde, el avión ya había despegado.

En el hall del Aeropuerto dieron una conferencia de prensa histórica, “Nuestro objetivo es cuidar nuestra seguridad personal, tenemos sobradas experiencias de compañeros que cuando han caído presos han sido torturados. El objetivo de esta conferencia de prensa es que, esto hoy, no se repita”, dijo Mariano Pujadas con mucha tranquilidad.

Anteriormente Pedro Bonet había dicho, “Somos hijos de las movilizaciones del año 69, somos parte del pueblo”; y Pujadas agregó, “Reafirmar nuestra voluntad de lucha junto al pueblo que se ha expresado combativamente en Córdoba, en Rosario, en Buenos Aires y que lucha por derrotar a la dictadura y por conseguir un gobierno popular y construir la patria socialista”.

Las 19 personas fueron trasladadas a la Base Aeronaval Almirante Zar, y siete días más tarde, el 22 de agosto fueron sacados de sus celdas, puestos frente a un paredón y fusilados a sangre fría por las fuerzas represivas.

16 militantes murieron en las ráfagas de fuego, pero tres lograron permanecer con vida y más tarde pudieron contarle a la sociedad lo que habían sufrido.

Lo que sucedió el 22 de agosto en la provincia de Chubut generó descontento en gran parte de la población y mucha bronca en todo el movimiento popular; y fue la antesala de lo que ocurriría más tarde en todo el país: encarcelamiento, tortura y asesinato a todas aquellas personas que luchaban contra las injusticias y las dictaduras militares.

 A partir de la masacre, la sociedad los llamo “Los Héroes de Trelew” y la consiga Libres o Muertos Jamás Esclavos (LOMJE) fue utilizada por toda la militancia esos años de lucha.

A 50 años de la Masacre de Trelew, nos parece fundamental seguir recordando a les compañeres caídos en la lucha, pero también recuperar las enseñanzas que nos han dejado. Que fue, la unidad de las organizaciones políticas revolucionarias y la entrega y la lucha por cambiar de raíz este sistema que genera hambre, saqueo de los bienes comunes y violencia estatal hacia les de abajo.

Desde el FOL y el resto de los agrupamientos de la Coordinadora por el Cambio Social y de toda la militancia combativa del país, seguiremos adelante con todas las fuerzas de la historia para transformarlo todo.