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Feriazo: Recetas para la auto organización desde abajo, dando batalla a la discriminación
Ayer, martes 19 de julio, las organizaciones sociales que conforman el Frente Piquetero Provincial llevaron a cabo una jornada de lucha por trabajo genuino y obras públicas con movilizaciones, ollas populares y feriazo en Fiske Menuco, Cinco Saltos, Bariloche y El Bolsón. En Fiske Menuco el FOL compartió en el feriazo el trabajo comunitario que desarrollan sus cuadrillas.
FOL Río Negro
Luego de debatirlo en las asambleas, volvemos a las calles porque rechazamos la avanzada de criminalización a las organizaciones que el Gobierno de la provincia de Río Negro da por respuesta ante problemáticas sociales que afectan a los barrios populares. Volvemos a plantearle a la ministra de Desarrollo Humano, Natalia Reynoso, que proponemos alternativas donde los y las trabajadoras de los barrios populares mejoremos las condiciones de vida de vecinos y vecinas con obras de infraestructura. Hasta que eso suceda, y con una canasta básica a casi $100.000 por mes, necesitamos contar con asistencia de alimentos. Es por ello que exigimos la reapertura de la mesa de negociación a la ministra y solución a las problemáticas planteadas.
Durante la jornada en Fiske Menuco se pudieron apreciar alrededor de 20 stands que dan cuenta del trabajo cotidiano que desarrolla la organización en los barrios de Alta Barda, Gómez, Colonia 17 de Octubre y Quinta 25. Fue una invitación a mirar sin prejuicios nuestro hacer cotidiano en los barrios alejados del centro de la ciudad, dónde la precariedad es cotidiana y parece volverse parte del paisaje. Realidad que nos negamos a aceptar, a naturalizar, ¡por eso nos organizamos!
Ante un sistema que nos impone vidas cada vez más precarizadas e individualistas en las que morimos generando ganancias para otros, nos organizamos para trabajar colectivamente en función de nuestros propios intereses y necesidades como vecinos y vecinas de los barrios populares. Sostenemos día a día cuadrillas de trabajo comunitario para colaborar de diferentes maneras en el mejoramiento de las condiciones de vida de los barrios de los que somos parte.
Compartimos a continuación, la palabra de los y las protagonistas de este inmenso trabajo que construimos todos los días desde abajo, sin patrones y sin punteros.
Diamela y Yenifer pertenecen a la cuadrilla productiva de pollos, comentan que en el proceso de trabajo “aprendimos cómo alimentarlos, el tema de la temperatura. A los 45 días ya están para faenarlos”. Una vez que eso sucede, “esos pollos son donados para el comedor del FOL. Aportamos en dar una cantidad de 40 pollos cada 45 días para el comedor (...) porque el gobierno no nos ayuda para todas las familias que vienen a buscar la comida” explicó Diamela. Yenifer comentó cómo se auto gestiona la cuadrilla, “nosotros sustentamos el gallinero, hacemos ventas para poder comprar los pollitos y alimento”.
Elvia es parte de la cuadrilla de comedor que recibe los pollos para preparar las porciones de comida que se entregan a vecinos y vecinas, “entramos a las 6:30 hasta las 13. Entregamos porciones de comida, más de 250 porciones. Va gente que pertenece a la organización del FOL y vecinos. Muchos niños, abuelos, mamás solteras. Nosotras nos sentimos bien porque ayudamos, no solamente a los compas de la organización sino también a toda la gente”.
Carolina y Lorena participan en la cuadrilla de niñez, espacio de contención en el que “trabajamos dando clase de apoyo a chicos entre 6 a 14 años. Ayudamos con la tarea si tienen, y sino brindamos actividades nosotras para que puedan hacer. Damos un espacio recreativo para que jueguen y cerramos con una merienda o desayuno”.
Rosa trabaja en la cuadrilla de merendero al que se acercan entre 80 y 90 niños y niñas. Las cuadrillas como esta o la de comedor, son los termómetros de la crisis que primero nos alarman de la situación que atravesamos: “estas últimas semanas que trabajamos vimos un aumento de niños de venir a buscar la leche y para mi es importante porque es un trabajo social donde llegamos a los niños más necesitados y vemos las carencias de los barrios y de las familias”.
Laura, Claudia, Cristian y Romina son parte de distintas cuadrillas de albañilería. Laura, resalta el proceso de aprendizaje que implica trabajar en este rubro que siempre fue otorgado a los varones, “es importante porque aprendí mucho, a hacer mezcla a pegar ladrillos, revocar, pasar filtros, hacer finos, lo fui aprendiendo en la organización. No solamente los hombres aprenden albañilería sino también las mujeres”. Claudia comparte que siendo mujer se siente orgullosa de trabajar como albañila, “aprendí un montón, está bueno. A mí me re gusta la albañilería, soy muy prolija en lo que hago, me gusta la perfección”. Cristian es encargado de cuadrilla y distingue del trabajo sin patrón, la posibilidad de trabajar administrando los tiempos, sin presiones de afuera y donde la coordinación entre compañeros es importante. En su rol, comenta que trabaja con todas compañeras mujeres, “vas conociendo a tus compas, qué les gusta hacer, vamos buscando que todas se sientan cómodas”. Romina por su parte, rescata la importancia de que haya cuadrillas de albañilería “porque en nuestros barrios hay viviendas muy precarias y la gente está la mayoría desocupada, entonces es una ayuda”.
Ante las falsas acusaciones que tenemos que soportar todos los días sobre nosotros y nosotras, salimos a las calles y demostramos que nuestra forma de lucha es también el desarrollo de trabajo comunitario sin patrones y sin punteros, para mejorar la calidad de vida en los barrios populares en los que vivimos.
Anahí es de la cuadrilla de huerta, y resalta en su testimonio que lo que producimos desde este espacio de trabajo colectivo vuelve al barrio a través de los comedores que sostenemos: “somos 6 integrantes. Me parece importante porque colaboramos con los comedores de las organizaciones sociales”
Mariana forma parte de la cuadrilla de albañilería de Quinta 25. Esta cuadrilla mixta que desafía los roles y estereotipos de género en el ámbito del trabajo, colabora en el acceso al derecho a la vivienda para vecinos y vecinas de los barrios populares: “Trabajo en albañilería. Hacemos solidaridad con los vecinos, para quienes no tienen los recursos necesarios para pagar la tarea de albañilería, nosotros lo hacemos por voluntad propia”.
Jesica conforma la cuadrilla de merendero del barrio 17 de Octubre, las compañeras son las primeras en recibir a las infancias, “le damos a 100 chicos la merienda los martes, miércoles y viernes. Es importantísimo porque cuando van los nenes sonríen por una taza de leche y cuando no estamos, preguntan cuándo va a estar el merendero”. En una Argentina donde más de la mitad de lxs niñxs son pobres, las organizaciones sociales somos esenciales para garantizar el acceso a la alimentación en los barrios populares.
Jesica también participa de la cuadrilla de tejido, espacio de taller abierto donde “se enseña lo básico para aprender a hacer tejido”.
Pola pertenece a la cuadrilla de albañilería de Alta Barda, y nos cuenta sobre la tarea de albañilería realizada mayoritariamente por mujeres “hasta el momento hemos hecho mesadas, revoques, hemos hecho contrapiso, casas, pozo de baño, pintura, hacemos de todo”. También resalta la importancia de que estemos las organizaciones sociales colaborando en la mejora habitacional de vecinos y vecinas, “por ahí hay gente que no puede pagar un albañil, estamos nosotros como organización para poder ayudarnos entre todos”.
Una de las primeras tareas que nos damos a inicio de año son las cuadrillas de trabajo que desarrollaremos en el año. Las mismas son elegidas en las asambleas, espacios en los que debatimos cuáles son las necesidades de los barrios y pensamos cómo podemos aportar a transformar la realidad. A medida que vamos intercambiando entre compas y profundizando los debates políticos, identificamos cada vez más las formas en que este sistema capitalista y patriarcal nos oprime. Así también proponemos alternativas desde el trabajo comunitario, sin patrón y sin punteros, trabajo que construimos cada uno y cada una de quienes formamos parte del FOL.
Carolina y Lucas son parte de la cuadrilla de costura del barrio Quinta 25 de Fiske Menuco y comentan que se trabaja en un ambiente muy lindo. Carolina está hace 2 años en el FOL y comenta que “nuestro trabajo es ayudar a la comunidad con arreglo de ropa” sin cobrar a los vecinos y vecinas.
Mirco participa de la cuadrilla de huerta, en este espacio colectivo de trabajo “producimos alimentos libres de agrotóxicos”. También comenta que el Estado envía alimentos secos que cada día son menos y de peor calidad, es por ello que “nuestro trabajo consiste en producir alimentos que sean nutritivos aparte de únicamente para llenar a la gente que asisten al comedor, que son más de 200 personas actualmente”
Milena es parte de la cuadrilla que se conformó este año de promotoras de géneros. “Actualmente estamos trabajando en Alta Barda, 17 de Octubre y Quinta 25 ofreciendo acompañamientos frente a situaciones de violencia de géneros y acompañamiento también en casos de aborto”. Esta cuadrilla inició tras identificar en las asambleas que la violencia de género es parte de las opresiones que vivimos día a día en todos los territorios. También porque somos parte de una organización antipatriarcal, queremos transformar nuestras vidas para vivirlas más libremente y sin violencias de ningún tipo. Milena agrega que “venimos formándonos hace varios años, trabajamos en coordinación y articulación con distintas instituciones como Senaf, Quillagua, las Consejerías Jurídicas de la Unco” El vínculo con diversos espacios e instituciones es fundamental para poder desarrollar nuestra tarea con el mayor compromiso, responsabilidad y cuidado posible.
Erika pertenece a la cuadrilla de merendero del barrio Quinta 25, y nos cuenta que “nos parece importante porque ayudamos a la gente, colaboramos con la gente, damos la merienda y la comida. Abastecemos al menos a 400 personas”
Por todo esto sostenemos que ¡organizarnos no es delito! Es nuestro derecho, y la avanzada de criminalización del gobierno nacional y provincial sobre las organizaciones sociales perjudica no sólo a quienes nos organizamos, sino también a todos los barrios populares en los que sostenemos nuestro trabajo comunitario.
Seguimos reclamando trabajo con todos los derechos y obras públicas en los barrios populares!