Fernando es de la asamblea del barrio “Santa Cecilia” de Villa Giardino, una zona geográfica de sierras que comprende a la regional Punilla del FOL. En la década del 60 su padre fue un cura obrero que desarrolló actividad en los barrios de Bella Vista y Villa El Libertador de la ciudad de Córdoba.

Por las charlas que ha tenido con su padre sostiene que previamente al 29 de mayo de 1969 se dieron múltiples situaciones que generaron que ese día se pudiera dar una gran movilización de masas.

“Años anteriores se fueron construyendo sindicatos de lucha, resistencia y participación que apostaban a la democratización y a las asambleas”, dijo el militante. Durante esos años en la provincia se dio un proceso de industrialización muy fuerte eso genero también que aparezcan referentes sindicales antiburocráticos como Agustín Tosco de Luz y Fuerza y Elpidio Torres del SMATA.

La situación del país era hostil porque gobernaba la dictadura de Onganía y ya en el 66 habían intervenido las universidades, “en una de esas represiones matan al estudiante y obrero Santiago Pampillón, fue a partir de ese hecho que se dio una aproximación muy fuerte entre los sindicatos obreros y la lucha estudiantil en Córdoba”. Era habitual que los obreros también sean estudiantes universitarios.

Para el 69 la CGT estaba dividida, por un lado, la burocrática y por otro la CGT de los Argentinos que defendía los intereses de la clase trabajadora y en Córdoba la dirigía Tosco. “Lo que me contaba mi viejo es que la CGT llama a una huelga a nivel nacional para el 30 y la CGT clasista en Córdoba adelanta la fecha y convoca a un paro por 48 horas, a partir del 29 de mayo”.

Esa mañana bien temprano los obreros salieron de las fábricas y les estudiantes del barrio de Clínicas para convocarse en el centro de la ciudad y movilizar. Fueron organizados, habían preparado en las fábricas bulones de acero porque la policía usaba a la caballería para reprimir, entonces arrojaban los bulones al piso, los caballos se patinaban y se caían.

Esa mañana también estaba viajando desde Buenos Aires Raimundo Ongaro, el secretario general de la CGT de los Argentinos, pero nunca pudo llegar porque antes lo detienen y encarcelan.

Además de toda la bronca por las medidas económicas y por la intervención de las universidades, “la gota que rebalso el vaso y que provocó el estallido social fue el asesinato del obrero Máximo Mena”, dijo Fernando.

Existió una solidaridad muy grande entre estudiantes, obreros y vecines. Las calles en Córdoba son angostas y con edificios, les habitantes de estos les permitieron a les estudiantes subir a las terrazas y desde ahí tirarle a la policía.

“Las fuerzas policiales se llevaron una sorpresa por el nivel de organización de los obreros y estudiantes. Tenían una logística armada y una dinámica para enfrentar la represión, además de la solidaridad que fue producto de toda la organización previa”.

Para Fernando el Cordobazo fue un hecho bisagra para la caída de la dictadura.

“Había una defensa de los valores de solidaridad entre la clase obrera, en la actualidad de a poco hay una reconstrucción de esos lazos. Estamos en una coyuntura muy difícil, pero hay focos de organización y participación democrática como las organizaciones sociales que mantienen la memoria y la lucha y que recuperan la importancia del Cordobazo como un día de la clase trabajadora”.