El jueves 19, el gobernador de Formosa, Gildo Insfran, presidió el acto de llamado a licitación para diversas obras en la provincia. En el, anunció el objetivo de las mismas, que se caracterizan principalmente por la construcción de rutas que conectan localidades del noreste y la pavimentación de caminos internos. No cabe duda que resulta de suma importancia el avance sobre temáticas viales. Sin embargo, obras que fueron anunciadas hace más de cinco años en la provincia, como el enrripiamento de caminos de comunidades originarias de esta zona de la provincia; o la finalización de la planta de agua potabilizadora en la ciudad de Clorinda; aún continúan inconclusas. Se avanza, se retrocede.

En cuanto al tema del agua (que, incluso, resulta paradójico, al estar la provincia abrazada por los ríos Pilcomayo, Bermejo y Paraguay), continúan los reclamos, en especial ante la situación de contaminación que provoca la falta de una planta potabilizadora, por ejemplo, en la ciudad de Clorinda, que tuvo su obra parada por más de dos años, desde la promesa de su construcción. Pocas semanas atrás, desde el FOL Regional Formosa se realizó un comunicado expresando la total preocupación frente a acciones que lleva a cabo el Servicio Provincial de Agua Potable (SPAP) en el barrio 25 de mayo de la ciudad de Clorinda. En esta zona, acciones contaminantes por parte de funcionarios/empleados de dicha institución provocaron una temporal inundación con agua cloacal, donde niños, niñas y mujeres principalmente transitan habitualmente en búsqueda del líquido vital que obtienen de tanques instalados en cercanías a su domicilio. Está situación contaminante provoca el agravamiento habitacional y ambiental de las familias que viven el día a día buscando llenar sus botellones de agua. Las respuestas fueron inmediatas, pero no es la primera vez que sucede.
Las falencias del censo, que mostrarán una realidad parcial ambiental y habitacional
Un día antes de anunciada la licitación, se llevó a cabo en todo el país el Censo 2022. En la provincia de Formosa, las redes sociales estallaron con diversos reclamos hacia la organización de dicho proceso, ya que muches vecines no recibieron la visita del censista. Esto no sólo es un derecho negado, sino también la exclusión de información relevante. Por ejemplo, para comunidades originarias, el cuestionario del censo no incorporaba datos que reflejaran la real situación habitacional de les hermanes indígenas. En el caso de las viviendas y su material, no estaban incluidos materiales como palma (utilizados por los Qom de la provincia), y que demuestran la vulnerabilidad de cada caso. Al no visitar en su totalidad a la población indígena, (y no indígena también, ya que sucedió lo mismo en otras localidades de Formosa, en las que les censistas no aparecieron), queda invisible la problemática habitacional, ambiental y socioeconómica de les vecines.
Queda, finalmente, en duda, hasta cuándo la población que habita suelo formoseño deberá continuar sus reclamos por mejoras en servicios habitacionales, incorporación de barrios populares, acceso al agua, a caminos en buen estado y a salud pública eficiente, si continuarán los obstáculos e invisibilización, incluso en los resultados de las estadísticas del último censo.