Cada 23 de noviembre, hermanos y hermanas de la comunidad Potae Napocna Navogoh se reúnen en el kilómetro 1341 de la Ruta Nacional 86, al costado mismo, donde un monolito del Gauchito Gil se convierte en el espacio de unión entre cada uno de ellos. Es que, hace once años, en ese preciso lugar, los Qom se alzaban en protesta, por más de cinco meses, para exigirle al gobierno de Gildo Insfrán, de la provincia de Formosa, que cese con las políticas que atacaban -y continúan atacando- la vulnerabilidad del pueblo indígena.

En esos tiempos, el gobierno había comenzado a construir en le territorio -sin cumplir con el ARTÍCULO 75 Inciso 17 de la Constitución Nacional que exige la consulta previa, el reconocimiento a la preexistencia de los pueblos y el derecho del respeto a su identidad-, una sede de la Universidad Nacional de Formosa (UNaF).

Los hermanos y hermanas de la comunidad salieron a reclamar sus derechos, un suceso histórico, donde de la mano del Qarashe (líder con el pueblo) Felix Díaz, pudieron sostener un corte de ruta en reclamo del respeto por su territorio.

Parte de esas tierras de la comunidad se encuentra ocupada, por la familia Celia, gracias a los favores del gobierno de Formosa, y por la Administración de Parques Nacionales. El incumplimiento de la ley 26.010 (que, justamente, hoy debería prorrogarse), de relevamiento de territorio indígena y prohibición de desalojo, hace que, hasta hoy, la comunidad no pueda recuperar algunas partes de su territorio.

Para ellos, la tierra es vida. De allí obtienen sus medicinas naturales, sus alimentos. El agua, el Sol, la luna, la laguna Blanca, la flora y la fauna, todo toma relevancia en la cotidianeidad del pueblo Qom.

Lamentablemente, el reclamo en la ruta 86 culminó con el asesinato del hermano Roberto López por parte de la policía de Gildo Insfrán. Sin embargo, fue el comienzo de la visibilización de los reclamos de la Comunidad La Primavera, que lleva más de cinco siglos, y que se reflejó en la unión de comunidades con la creación de organizaciones como Qopiwini, o el Consejo Consultivo Plurinacional de Comunidades Indígenas.

Hoy recordamos, una vez más, que la lucha debe ser indigenista.