En la mañana del miércoles 10 de noviembre el barrio Ferroviario de Victoria, partido de San Fernando, amaneció sin agua. Les vecines cansades ya de tener que padecer diariamente la falta de servicios básicos como consecuencia de la no urbanización, salieron a cortar las calles más cercanas en el cruce de los partidos de San Fernando y San Isidro.

En Sobremonte y Martin Rodríguez se manifestaron para reclamar mejores condiciones de vida y las organizaciones sociales se sumaron en apoyo. La exigencia al intendente Juan Andreotti fue que se haga presente y habilite  la apertura de las puertas para poder entrar materiales y agua potable.

El barrio está cercado por vallados y paredes del perímetro de la línea de tren Mitre y hace tiempo el municipio prometió que iba a urbanizar el sector para que les vecines pudieran tener sus viviendas, pero nada de eso ocurrió.

David, un vecino que integra el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) relata que “ni Ferrovías ni el municipio nos dan bolilla, hace cuatro años que estamos acá y necesitamos agua”.

Mientras se cortaba las calles se iban sumando más y más vecines que venían con sus niñes. “Antes hacíamos hervir el agua para los chicos, para lo comida, para la leche y tomaban, pero después ya les hacía mal al estómago no se podía ni tomar”- continua David – “Con los mayores no había drama pero ya con el tiempo ya se notaba que el agua era fea, nos hacía mal también y otros vecinos del Ferro nos dijeron que esa agua no se podía tomar, no era potable”.

Hay un tanque de agua en el barrio, del cual dependían les vecines, pero el sarro acumulado y el desgaste de los caños hace que el agua no se pueda tomar y se corte el acceso a las casas.

“Durante la pandemia vinieron los medios a ver como vivíamos, y desde el gobierno dijeron que nos iban a arreglar el problema y nunca llego nada nunca recibimos ayuda del municipio y ahora el agua no la podemos tomar por más que se hierva”, explica David y agrega, “a raíz de esa problemática comprábamos bidones de agua que valían 100 pesos, por semana entraban los camiones que venden agua y una o dos familias compraban los bidones. Ahora ya no se ve más los camioncitos y vamos afuera del predio a buscar agua en una canilla”.

A poco de las elecciones legislativas de este próximo fin de semana, funcionarios y políticos del oficialismo realizan promesas que vecinos y vecinas ya saben que no cumplirán. Por décadas han vivido en condiciones indignas al margen de un paredón. Ayer, salieron a cortas las calles y exigir una respuesta. Por más de cinco horas sostuvieron el corte, hasta que en asamblea decidieron continuar con la medida este viernes 12 de noviembre, esta vez llegando con el reclamo a más calles y esperan, a los oidos del intendente.