“Qué difícil es querer trabajar y no poder, llevar alimento a tu casa y no poder, tener que pagar el alquiler y no poder…que difícil”

Juana, integrante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) en ciudad de Buenos Aires, pronuncia con tristeza esas palabras. Una gran solidaridad motivó a que en varias asambleas de la organización se emprenda una tarea conjunta para ayudar a las familias senegalesas.  

“Estamos ayudando desde que empezó la pandemia, los compañeros senegaleses no pueden tener fácilmente beneficios para sustentar sus hogares, porque son muy perseguidos en las calles, no les pueden tomar en los trabajos, son discriminados. Entonces les planteamos que para ayudarles un poco, en cada barrio de la regional en los comedores íbamos a cocinar para ellos.”

Juana relata el comienzo de la relación entre les trabajadores migrantes. “Lo poco que tenemos lo compartimos, porque ellos no tienen la posibilidad de conseguir trabajo y tampoco en la calle los dejan vender, la policía los persigue les saca la mercadería, no tienen para pagar alquile. Es por esa razón que nos solidarizamos”

“Todos los comedores hicieron donaciones. En 10 barrios rotativos que tenemos comedor los compañeros están yendo a retirar merienda. También pensamos en que vengan a las ollas populares con el Bloque de Trabajadores Migrantes”.

Justamente, desde el Bloque de Trabajadores Migrantes, a principios de noviembre, denunciaron que los trabajadores senegaleses en el barrio de Flores fueron agredidos por las fuerzas de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, y les robaron toda la mercadería que venden como pueden en la calle. Un vendedor fue detenido y llevado a la comisaría 7ma. “Estamos cansadxs de pedir que respeten nuestro trabajo, nosotrxs no hacemos daño a nadie. Como bien lo indica un compañero en el video, somos afroargentinxs que necesitamos trabajar, no podemos alquilar un local, solo vendemos en la calle para sobrevivir. ¡No somos delincuentes!

¿Hasta cuándo vamos a seguir naturalizando el racismo, la xenofobia de lxs gobernantes y de gran parte de la sociedad civil que legitima estas prácticas? Como migrantes, no tenemos muchas oportunidades para acceder al mercado laboral, por eso exigimos que se respete lo que hacemos y que se reconozcan nuestros derechos como habitantes de la Argentina”, denunciaron en ese momento en las redes sociales.

Juana reflexiona, “nosotras sí tenemos un puesto de trabajo o una ración de comida por día, ellos no. Tenemos que ser solidarias, tenemos que colaborar en cada barrio. La conciencia, la solidaridad  es lo que hoy nos une.”

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