El 19 de noviembre es el Día Internacional de Lucha Contra los Abusos Sexuales en las Niñeces y Adolescencias y a raíz de la pandemia se realizaron diversas actividades virtuales durante toda la semana para visibilizar la problemática, mientras que mañana se llevará a cabo una concentración frente al Congreso desde las 15 hasta las 18 hs.
Las jornadas impulsadas por el Colectivo en Lucha Contra el Abuso Sexual en las Infancias comenzaron el lunes por la tarde interviniendo las redes con una campaña gráfica y bajo el hashtag #GritoGlobalContraElAbusoSexual y a las 19 hubo un conversatorio por el Facebook oficial del espacio, sobre estrategias de acompañamiento ante casos de abusos. El próximo jueves habrá otro conversatorio titulado “los delitos de violencia sexual contra las niñeces y adolescencias son delitos de lesa humanidad” que contará con la participación de Nora Cortiñas, María Estela Torres, docente de primaria, y las sobrevivientes y militantes feministas Victoria Acevedo y Soledad Otero Quiroga.
Los jardines populares del Frente de Organizaciones en Lucha y del Frente Arde Rojo son uno de los espacios que se suman a la iniciativa para visibilizar la problemática en sus territorios. Integrantes de ambos movimientos contaron que hace un par de años vienen trabajando en torno a la prevención y que en ese sentido es fundamental crear espacios para que “les niñes puedan poner en palabras lo que les pasa, construir espacios donde las pibas y pibes puedan ser libres, puedan hablar, sentirse segures y acompañades”.
A su vez, también abordan acompañamientos a familias que han realizado denuncias de abusos, ya que en ese momento es fundamental contar con el apoyo de organizaciones e instituciones debido a las diversas trabas y obstáculos que encuentran las y los adultos protectores o las familias. Incluso porque en los barrios muchas veces las personas que denuncian quedan expuestas a sufrir agresiones por parte de los abusadores. Por eso es importante generar herramientas colectivas para afrontar esos procesos.
El abuso sexual infantil es un flagelo que afecta a 1 de cada 5 niñas, mientras que en el caso de los niños es 1 de cada 13. Un 89% de los agresores son de género masculino, y un 40% de los casos son perpetrados por el padre de la víctima en la propia vivienda de la niña o el niño. La frecuencia con que se dan estos delitos y las características naturalizadas que presentan revelan que no está relacionado con una patología psicológica, sino que tiene que ver con el sistema patriarcal y capitalista.
Es ese el marco que permite que los cuerpos de mujeres, disidencias sexuales, niños, niñas y adolescentes sean considerados propiedad del varón blanco heterosexual. Es una forma organizada de desigualdad y opresión sostenida por las instituciones del Estado como la familia, la justicia, los medios de comunicación y también las iglesias.