“Venganza Afectiva” es el nombre de la red de solidaridad que se conformó en la ciudad de La Plata para abordar la compleja situación que viven las trans-travestis y personas no binarias. Mediante donaciones y el acompañamiento de distintas problemáticas estructurales intentan hacerle frente al total abandono y falta de soluciones por parte del Estado.

El espacio está integrado por la Catedra Libre Virginia Bolten, Frente Popular Darío Santillán Corriente Plurinacional, Colectiva Feminista Decidimos, Laberinto Casa Club, Frente de Organizaciones en Lucha, Marabunta y activistas independientes, quienes asisten a 95 personas llevándoles alimentos, artículos de limpieza y de higiene personal. Pero con el correr del tiempo cada vez cuesta más sostener la colecta y la situación está llegando a un punto limite.

“Yo creo que sobreviven, a pesar del genocidio travesti, gracias a que se organizan entre ellas, porque son inmensamente solidarias, se acompañan, comparten hasta lo que no hay” dice Solana, una de las integrantes de Venganza Afectiva, nombre que eligieron como forma de contrarrestar todo el odio que se dirige hacia la comunidad trans-travesti.

Les activistas del espacio denuncian que la respuesta del Estado durante la pandemia ha sido totalmente insuficiente, las problemáticas cotidianas y la extrema marginalidad del colectivo siguen sin ser abordadas. “Nosotres empezamos a hacer un acompañamiento en problemas estructurales que viven les compañeres, uno de los principales es el tema de la documentación ya que la mayoría no tiene DNI” cuenta Solana. De las 95 personas que acompañan solo 10 pudieron ingresar al programa Potenciar Trabajo del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de Nación.

Otro de los grandes problemas es el acceso a la salud, “cuando van al hospital las maltratan, no respetan su identidad, abusan de ellas y las intervienen con tratamientos sin explicarles lo que les están haciendo”. La expectativa de vida de la comunidad trans-travesti no supera los 40 años, y esto es producto tanto de la violencia que sufren por parte de las instituciones y de la sociedad, como por la dificultad para tratar enfermedades curables o prevenibles.

Las condiciones habitacionales también son precarias, la mayoría vive en pensiones o alquilan entre varias, pero muchas veces se encuentran con el obstáculo de los prejuicios: “nadie les quiere alquilar porque las tildan de conflictivas, de que venden droga y traen problemas o porque son trabajadoras sexuales”. A su vez, al no poder trabajar muchas no pudieron pagar el alquiler y fueron desalojadas.

A todo esto, se le suman los ataques sistemáticos por parte de grupos de vecinos organizados. Violaciones, acuchillamientos, golpizas y persecuciones son lo que viven cotidianamente las trans y travestis en distintos barrios de La Plata y a la vista de todos. En las últimas semanas el Ministerio de Seguridad llamó a una mediación en la que pretendía que las travestis se sienten en la misma mesa que sus agresores y sin ofrecer ningún marco de protección y solución ante su reclamo.

Frente a este panorama desde Venganza Afectiva planean incrementar los reclamos y movilizar para que el gobierno de Axel Kicillof de una respuesta inmediata a sus demandas. El decreto nacional que establece que el 1% de los puestos de la administración pública tienen que estar cubiertos por personas trans-travestis es totalmente insuficiente para dar respuesta a la extrema vulnerabilidad en la que viven. Si bien fue una bandera histórica del colectivo y significa un logro después de tantos años de lucha, como dice el refrán “del dicho al hecho, hay un largo trecho” y aún queda ver como se llevará a cabo su implementación y como se enfrentarán las múltiples resistencias que existen en los organismos públicos.