Siguiendo los acontecimientos de la semana el Comité Operativo de Emergencias salteño fue efectivizando medidas sanitarias como suspensión de clases hasta el 31 de marzo, suspensión de eventos culturales, artísticos, recreativos, religiosos, deportivos y sociales para evitar aglomeraciones; cómo así también cierre de pasos fronterizos y controles en rutas de ingresos.

Sin embargo ayer, martes 17, cambió el panorama puesto que por medio de estudios confirmaron el primer caso de coronavirus en la provincia. Los anuncios del gobernador Gustavo  Sáenz fueron de extremar medidas con suspensiones del transporte público, solo excepciones para trabajadores de la salud y de seguridad. El resto de los trabajadores se debaten cómo llegar a sus puestos de trabajo ya que muchos han quedado afectados por estás drásticas medidas en cuanto al transporte. Tanto remises como taxis trabajarán normalmente pero con restricciones desde la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT), que prohíbe más de dos pasajeros por auto.

Otra medida desde el gobierno, es la estricta prohibición de permanencia en lugares públicos dando lugar al cierre total de escuelas, centros comerciales y paseos.

A raíz de estos anuncios el centro salteño amaneció vallado en avenidas principales del microcentro y peatonales impidiendo el paso a todos los que no viven o trabajen en la zona. Se suma un refuerzo policial visible en estás calles, con barbijos y guantes de látex inclusive.

En una Salta desprovista de reactivos para detectar los posibles casos de coronavirus, cuenta con un solo hospital asignado para atención y  tratamiento de estos casos particulares, Hospital Papa Francisco, puesto que los otros hospitales y los centros de salud de los barrios estarán destinados a emergencias y casos graves.

Ante todo esto, el pánico generado por el gobierno y los medios masivos de comunicación llegó a cooptar la cabeza de varios salteños, generando una corrida y desabastecimiento de productos indispensables de higiene, remarque innecesario de los oportunistas, filas interminables en supermercados, mercados y rapi pagos incluidos, como así también restricciones de ventas en mayoristas.

Pero mientras los medios efervescen y maximizan las ya exageradas medidas provinciales y nacionales, la pandemia esconde una crisis económica, sistémica, de salud y un sistema de seguridad avanzando y tomando escena peligrosa.

¿Una pandemia oportuna para disminuir a la población más vulnerable y poco productiva para el sistema?

¿Una pandemia para disminuir la sobre acumulación de capital?

¿Una pandemia para mayor comercialización farmacéutica?

¿Una oportunidad de pandemia para poner en claro la posición, el poder y control de la clase capitalista por sobre los trabajadores-productores y consumidores? ¿Estrategia para desarticular la lucha de clase y fomentar el orden público con matices de guardarse para no ser aprehendido?

¿Por qué no hubo campaña mediática por otras enfermedades como el dengue que lleva más de 200 casos en la provincia y los innumerables en el NOA y el resto del país?

Muchas incógnitas se abren a raíz de este factor encubierto por el sistema.

Sin embargo lxs trabajadorxs, a pesar de las restricciones, seguimos trabajando, resistiendo y garantizando un ingreso para nuestras familias.

En este escenario complejo de pandemia esperamos no perder la libertad por aislamiento, como así también nuestros derechos a luchar contra el sistema en pos del cambio social.