viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº2276
Frente de Organizaciones en Lucha » Regionales » 27 dic 2019

Agroecología

Taller de cosmética natural: medicina autogestiva y sin veneno

Se llevó a cabo en tres centros comunitarios de la ciudad de La Plata. Allí, se trabajó junto a las cooperativistas para incorporar las plantas medicinales a la elaboración de repelentes, ungüentos y protectores solares.


En el marco de las capacitaciones laborales del programa Hacemos Futuro, se desarrolló el taller de cosmética natural dentro de las cooperativas ambientales y de huerta de los barrios Altos de San Lorenzo, El Peligro y Aeropuerto.  Allí se trabajaron sobre cuatro ejes principales: la contaminación en los barrios populares, el trabajo de la tierra, métodos de cultivo y por último, los usos de las plantas “más allá de la comida”.

En cada uno de los cursos, participaron alrededor de treinta personas. Ramiro, biólogo y militante del FOL, explicó qué conceptos se trabajaron: “Uno de los principales fue la agroecología, una práctica de hacer agricultura en equilibrio con el ambiente y en donde es sustentable en el tiempo. Nos parecía importante para que las próximas generaciones sigan con este proyecto y para modificar los barrios”. Uno de los objetivos logrados, fue la construcción de huertas que dan alimentos orgánicos y libres de agrotóxicos, los cuales complementan la dieta de los niños que asisten a los comedores, para una mejor nutrición.  

Otro de los conceptos estudiados, fue el de soberanía alimentaria, es decir, la capacidad de cada uno de esos grupos para producir alimento de una manera  agroecológica, pero también relacionado a la salud. “Trabajamos el uso de las plantas medicinales, para protegernos y mejorar la salud de los chicos y las cuadrillas de trabajo. Entonces empezamos a ver de qué manera podíamos usar las plantas y retomar esos conocimientos ancestrales que tenemos como sociedad y pueblos”, continuó Ramiro. Dentro de las cooperativas, las compañeras del norte argentino, y de países como Paraguay y Bolivia, ya tenían dentro de sus prácticas el uso de la medicina natural, y resaltaron la importancia de retomar estos saberes.

En base a estas discusiones, se comenzaron a identificar las distintas problemáticas específicas de cada barrio para elaborar los cosméticos. Una de ellas, era el sol y las quemaduras en la piel, ya que en los barrios populares hay pocos árboles y sombra durante el verano. Otra de ellas, eran los mosquitos, los cuales existen en cantidad y propagan enfermedades. “Hicimos un protector solar en crema a base de caléndula, manzanilla (una planta muy común en los barrios) y aloe vera para que sirva para humectar. Y los repelentes los hicimos con plantas aromáticas que encuentran en los barrios. De olores fuertes como para ahuyentar los mosquitos: usamos menta, ajenjo, lavanda”, aseguró Ramiro.

Por último, otra de las afecciones importantes en el barrio es la dermatitis, y además asma y broncoespasmos en los chicos más pequeños. Se creó entonces un ungüento para proteger la piel y una crema que abre las vías respiratorias. “Los talleres nos permiten aportar a una salud integral que nos permite defendernos de estas enfermedades comunes en los barrios donde la contaminación es tan grande”, agregó.

Ramiro también afirmó que: “Nos parece importante seguir con estos espacios porque vimos que hay mucho interés por parte de las compañeras, y hay mucho conocimiento de plantas medicinales. Nos sirve para trabajar y protegernos en nuestros espacios de trabajo de manera autogestiva y natural”. De esta manera, confirmó que seguirán apostando en los barrios a una alimentación y cuidado de la salud sin agrotóxicos, ni venenos.

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