Dos jóvenes se enfrentan en la pelea de la noche, en un pueblo de Chaco. Suena la campana en el último round y el juez declara empate, levantando la mano de ambos luchadores. Con los sueños intactos, seguirán sus entrenamientos con mucho esfuerzo. Uno de ellos volverá a sus tareas cotidianas en una organización social. 

Diego, de la asamblea de FOL en Juan José Castelli, entrena a dos compañeros integrantes de la organización. Practican boxeo, al tiempo que participan en construcción y en el comedor

David Medina, el “Chino” está en la categoría de 54 a 56 kg y Darío Ramírez de 60 a 64 kg. Hace unos días atrás, ambos jóvenes pelearon en el pueblo, como parte del avance de su entrenamiento y para entrar en competición. 

“Chino” es quien puso el logo del FOL en su bata. Volvimos a entrenar boxeo para competir en nuestro pueblo. En este momento el boxeo no es una actividad de la organización, pero el compañero lleva con orgullo el logo del FOL. Ojalá un día podamos tener un espacio donde entrenar y dar una contención social más a través del deporte.” comenta Diego. 

“Estuvimos entrenando durante dos años, luego nos quedamos sin espacio y sin materiales para entrenar porque el municipio nos cambió la cerraduras de un espacio de múltiples uso donde entrenábamos y quedaron todas las cosas adentro”, denuncia Diego. “Yo trabajaba para desarrollo social, dando clases de boxeo y me rescindieron el contrato porque era piquetero. Tenía que elegir trabajar con ellos o seguir en la organización”. 

Al poco tiempo Diego dejó el espacio en el que participaba y se sumó al FOL.  “Después de un año volvimos a entrenar en mi casa con una bolsa y dos pares de guantes, pero con el objetivo de lograr el cinturón de campeón chaqueño y luego fijar otros objetivos”, comenta entusiasmado. 

“En Castelli hay pocas opciones como espacio de contención de jóvenes. El fútbol es lo que más se ve y solo hay dos clubes”, concluye Diego. Más adelante, y buscando mejores condiciones, se podrá realizar desde el FOL la práctica de boxeo y otros deportes. Por ahora es un sueño. Y una lucha.