Según la Encuesta Permanente de Hogares, que mide los ingresos de los hogares por trimestres en comparación con la canasta básica familiar, durante el período de enero, febrero, y marzo el índice de pobreza aumentó a 34,1% y el de indigencia a 7,1%. Durante el último año la canasta básica se encareció entre un 60,9%  y 64,2% respecto a los salarios y jubilaciones que aumentaron sólo un 35% y gracias a la megadevaluación de los últimos 12 meses que superó el 55%.

Un año atrás el índice de pobreza se encontraba en 25,5% y el de indigencia en 4,9%, lo que significa un aumento de 8,6 puntos y 3 puntos respectivamente,  y una regresión en la distribución de los ingresos que afecta mayoritariamente a la clase trabajadora. Del total de pobres, el 24,5% de ellos son ocupados que aún así no pueden cubrir sus necesidades básicas. Para no encontrarse debajo de la línea de pobreza, una familia tipo debe percibir al menos $33.395 según el Ministerio de Producción y Trabajo.  

A este dato, se suman los desempleos masivos y el cierre de pequeñas y grandes empresas en todo el país. Durante los últimos doce meses se perdieron alrededor de 266 puestos de trabajo, en su mayoría pertenecientes a la industria, la construcción y el comercio que engloban la mitad del empleo. Por otro lado, el empleo informal se encuentra en alza y afecta a un 28% del total de los trabajadores, lo que significa que 3 de cada 10 no están registrados ni cuentan con derechos laborales.

El grupo más afectado por esta situación sigue siendo el de niños y adolescentes, específicamente aquellos menores de 14 años, cuyo índice de pobreza alcanza el 49,6%. Las zonas del país en donde hay más afectados es en el norte argentino y el conurbano bonaerense en donde los índices alcanzan hasta el 55%. La indigencia alcanza los 11,8 puntos, es decir que un millón de niños no llegan a cubrir los nutrientes básicos y tienen carencias de todo tipo.

Durante la campaña de 2015 de Cambiemos, uno de los principales eslogan fue “Pobreza Cero” y fue el mismo Mauricio Macri quien pidió que su gestión sea juzgada en base a su capacidad de bajar la pobreza o no.  Unos meses más tarde, luego de asumir, cambió su discurso argumentando que esa era una meta imposible para cuatro años, pero que era el horizonte que perseguía. Este año, en una entrevista aseguró que nunca había prometido tal cosa y mantendría el mismo índice que el gobierno de Cristina Kirchner.

Respecto al segundo trimestre, los índices inflación mensuales no bajaron del 2% por lo que se espera que el índice de pobreza supere el 35%. La crisis económica y cambiaria de 2018 fue en gran parte la que colocó a 3,6 millones de personas en la pobreza, que serán aún más si el año próximo gobiernan quienes buscan acordar con el FMI, organismo que insiste en profundizar el  ajuste y la flexibilización laboral.