Alberto Fernández es abogado, pero se ha dedicado principalmente y desde hace varias décadas a la política. Se ocupó de cosechar vínculos y contactos estratégicos que hoy le permiten ser el candidato a presidente que encabezará la formula junto a Cristina Kirchner.

Se hizo más conocido en la escena política cuando asumió como jefe de gabinete de Néstor Kirchner. A raíz del estrecho vínculo y la amistad que mantuvo con la pareja kirchnerista, se convirtió en un férreo defensor del gobierno y conservó su cargo cuando asumió Cristina.

Durante los primeros meses de gobierno, Cristina impulsó junto a su ministro de Economía, Martin Lousteau, la resolución 125. La misma desató la furia dentro de los sectores más concentrados del campo, ya que pretendía subirle las retenciones a sus exportaciones.

En aquel conflicto, Alberto Fernández fue el encargado de negociar con la Mesa de Enlace, espacio que reunía a la Sociedad Rural Argentina, la Federación Agraria Argentina, las Confederaciones Rurales Argentinas y CONINAGRO. Si bien en aquel momento, el jefe de gabinete defendía la propuesta de su gobierno, hacia la interna intentaba que Cristina diera marcha atrás para favorecer al campo.

El enfrentamiento llegó a niveles de tensión muy elevados y luego del rechazo de la 125 en el Senado, Alberto Fernández renunció a su cargo y se transformó en opositor al gobierno kirchnerista. Fue sucedido por Sergio Massa, con quien Alberto también mantenía una buena relación, tal es así que tiempo después se sumaría al Frente Renovador liderado por Massa.

Otra historia aparte merece la relación con el grupo Clarín. Durante el gobierno de Néstor Kirchner, fue Alberto Fernández quien realizó las gestiones y negociaciones para que el diario pudiera fusionarse con Cablevisión favoreciendo el monopolio de la información y las ganancias del grupo.

Años después, durante el conflicto con el Campo, Clarín era el vocero de los sectores del agro y a raíz de eso rompió relaciones con Cristina. Por lo cual, cuando Alberto Fernández se transformó en opositor al gobierno, encontró en los medios pertenecientes a Clarín un lugar propicio para lanzar sus críticas, lo que le valió el señalamiento como vocero de dicha corporación mediática.

Otro hecho importante fue la discusión sobre la expropiación de las acciones que tenía la empresa Repsol en YPF, las cuales pasarían al Estado. En aquel momento, se descubrió que Alberto Fernández (quien se oponía a la reestatización) trabajaba para dicha empresa como asesor, evidenciando una vez más sus vínculos con el empresariado.

En su reciente campaña, anunció que intentará renegociar la deuda con el FMI, lo que significa que profundizará el ajuste en los sectores sociales más vulnerables. La reforma laboral y la profundización de la Previsional serán un hecho en el intento de pactar un nuevo acuerdo con el organismo internacional.

Otro punto, es la discusión sobre el aborto, donde Fernández ya manifestó sus intenciones de seguir retrasando la legalización y en cambio proponer la despenalización. Una medida que apuntaría a dejar de perseguir a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo, pero que no lo considera un derecho que debe garantizar el Estado. Con esto pretende bajar el nivel de tensión en el debate y dejar contentos una vez más a los sectores más reaccionarios y poderosos.

Por lo tanto a pesar de los enfrentamientos del pasado con el gobierno de Cristina Kirchner, hoy queda en evidencia que el buen vínculo que mantiene con sectores estratégicos del capitalismo es un eslabón fundamental para el gran pacto social que propuso Cristina, ya que es la garantía que podrá unificar y tejer alianzas con sectores clave del empresariado.