Según un informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma hubo un marcado retroceso del Salario Mínimo, Vital y Móvil que se ubicó en los menores niveles desde el 2004. El mayor deterioro se inició en el 2012 y se profundizó de manera notable con la asunción del Macrismo a la presidencia.

Para las y los beneficiarios de programas de empleo que perciben la mitad del Salario Mínimo implica mayor precarización de la vida y la imposibilidad de satisfacer necesidades básicas. Hoy el Hacemos Futuro o el Salario Social Complementario perciben apenas 6 mil pesos, que no alcanzan ni para sobrepasar la línea de indigencia.

Según el mismo estudio, en el 2018 el ingreso mínimo perdió 10,9% con respecto al año anterior, y en comparación con el 2011 la disminución es de un 24%. Cabe destacar que para el 2019 solo hay dos aumentos previstos que en su conjunto implicarían un incremento del 10%, lo cual lo sigue ubicando por debajo del nivel de inflación que el gobierno calcula en 23% y que algunos analistas prevén que será mayor.

En enero del 2019 las personas que cobran un Salario Mínimo sólo pueden acceder al 43% de la Canasta Básica, por lo tanto las personas que trabajan en los programas de empleo acceden a alrededor del 20% de esa canasta, lo cual deja en evidencia una profundización en los niveles de pobreza de miles de familias.

Por su parte, en marzo el Indec dará a conocer los nuevos índices de pobreza, frente a los cuales la Ministra Carolina Stanley ya admitió que se notará un incremento. En el 2018 según datos de la UCA el índice había alcanzado al 33% de la población, lo cual implica al 13 millones de personas.

Los movimientos sociales ya anunciaron la semana pasada el inicio de un plan de lucha escalonado para reclamar aumento salarial y puestos de trabajo, y emitieron una fuerte respuesta en rechazo a los dichos de la ministra de la cartera de desarrollo que los acusó de utilizar métodos extorsivos.