camino al Encuentro Plurinacional de Mujeres
La precarización de las mujeres y disidencias en el Macrismo
En tiempos de crisis económica el ajuste, la desocupación y el hambre afectan al conjunto de la clase trabajadora. Pero para las mujeres e identidades disidentes (lesbianas, trans, travestis, maricas, putos, intersexuales) la situación se pone más difícil, y más si somos jóvenes, inmigrantes y pobres.
Comisiones de Género del FOL
Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares que realizó el INDEC en el primer trimestre del 2018, la tasa de desocupación para las mujeres e identidades feminizadas es de un 10.6% mientras que para los varones es de un 8%; A su vez la subocupación para nosotras es de 11.5%, y para ellos un 8.4%. Por otro lado ganamos 27% menos que nuestros pares masculinos, mientras que en el sector precarizado la cifra asciende a una diferencia de 40%.
Somos el sector más pobre y con mayores dificultades para acceder a un puesto de trabajo formal. Esto se debe a que se nos destina el 76% de las tareas domésticas y de cuidado sin percibir una remuneración a cambio y conformando una doble jornada laboral, que muchas veces impide sostener trabajos de tiempo completo.
Esta tendencia ira en aumento teniendo en cuenta el ajuste feroz que está llevando a delante el macrismo de la mano de las directivas que impone el FMI. El aumento descomunal de las tarifas de servicios, del transporte y la inflación que ya ronda el 45% ha erosionado de manera abrumadora nuestro poder adquisitivo.
Las compañeras que trabajamos en cooperativas bajo los programas de empleo que otorga el gobierno, percibimos un magro sueldo de 5500 pesos, cuando hoy en día se necesitan alrededor de 20 mil para no ser pobre. Esto nos obliga a peregrinar por toda la ciudad y los mercados en búsqueda de mejores precios para llevar un plato de comida a la mesa.
Por otro lado, en Argentina una mujer muere cada 30 hs en manos de un varón violento, y frente a esto la respuesta del gobierno es nula. El Instituto Nacional de las Mujeres se encuentra desfinanciado y con escaza capacidad de respuesta y acción.
No existe un plan de ayuda económica urgente para las que necesitamos irnos de nuestra casa por una situación de violencia y a su vez la construcción de refugios fue anunciada por el gobierno de Cambiemos como una prioridad central, pero durante su gestión solo se planificaron 3. Sumado a que existen provincias donde no hay ninguno, tales como Formosa, Misiones, Tierra del Fuego, Tucumán y Santiago del Estero.
En el presupuesto 2019 el INAM pierde 18% de su partida debido a la inflación. Mientras que el Plan Nacional de Acción para la Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres recibirá 20 millones menos al monto pautado originalmente.
Por último, el rechazo de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Senado dejo al descubierto la vinculación que sigue teniendo el Estado con la Iglesia, y que ni lxs funcionarixs ni el gobierno están dispuestos a avanzar en derechos fundamentales para las personas con capacidad de gestar. Sin embargo, la tremenda movilización impulsada por millones a lo largo de los meses de debate logró instalar la discusión, visibilizar la problemática y poner de nuevo en agenda la importancia de la Ley de Educación Sexual Integral.
Aun así seguiremos abortando en la clandestinidad y poniendo en riesgo nuestras vidas. Por lo que, la responsabilidad de los senadores ante esas muertes quedará grabado a fuego en nuestras memorias.
Ante la desidia Estatal: ¡lucha y organización!
Sabemos que debería ser el Estado el que dé una solución a los problemas estructurales que viven las mujeres y disidencias en una sociedad machista y patriarcal, por eso nos organizamos para dar la lucha y muchas veces somos nosotras las que terminamos abordando problemáticas que tendrían que ser políticas de Estado. Pero las compañeras no estamos dispuestas a quedarnos de brazos cruzados.
Por eso, el trabajo que realizamos desde las comisiones de género es titánico. Día a día se acercan muchas compañeras que nos cuentan que su marido las violenta; que no las deja trabajar; que las maltrata y las cela; que no las deja tener amigos ni amigas; o que no les permite cuidarse por eso se quedaron embarazadas sin desearlo.
Enseguida activamos todas las herramientas que hemos construido durante años para acompañarnos y empoderarnos. La escucha atenta es fundamental para construir la confianza y seguridad que nos permita avanzar a paso firme. No decidimos por ellas, no avanzamos sin ellas, no apuramos y no juzgamos, esos son los pilares que nos ayudan a controlar nuestras propias angustias y límites cuando no podemos resolver un problema que nos excede.
Tejemos redes, hacemos contactos con la salita del barrio, con la consejería del hospital, con las abogadas populares que nos guían para abrirnos paso entre la burocracia de los juzgados, nos plantamos firmes para que nos tomen la denuncia en la comisaria, y exigimos que nos den la perimetral porque no queremos que nuestro ex se nos aparezca a cualquier hora.
Además discutimos en las asambleas cuál es la importancia de que el aborto sea legal, porque muchas de nuestras compas han abortado en soledad, en clandestinidad y poniendo en riesgo sus vidas. Pero una gran parte sigue estando en contra, y entonces damos el debate, lo discutimos, nos informamos y convivimos en la diferencia, pero con la convicción de avanzar hasta que sea ley.
Para nosotras acompañar significa todo eso y más: un mate compañero y un pañuelito para secarnos las lágrimas; un abrazo fuerte que nos reconforta y nos hace sabernos juntas; un llamado a la madrugada que nos anuncia que salió todo bien, que ya expulsó todo; una mirada cómplice en la movilización; un “va a estar todo bien, estamos a disposición”.
Mientras el Estado sigue mirando para el costado, nosotras permaneceremos en la calle reclamando lo que nos pertenece, y seguiremos codo a codo con las compañeras porque juntas somos poderosas.