Con el país sumido en una grave crisis económica y social, finalmente las centrales sindicales decidieron convocar a un paro nacional y general, aunque recibieron duras críticas por la tardanza en dar una respuesta ante la avanzada del gobierno contra los derechos de las y los trabajadores.

Durante el lunes y martes hubo distintas medidas de protesta. Por un lado los movimientos sociales junto con Ate se concentraron en el Puente Pueyrredón, donde la policía les impidió el paso durante largas horas y se vivieron momentos de tensión, hasta que logaron abrirse paso y realizar el acto en las inmediaciones de la avenida San Juan.

 Luego de ahí se dirigieron al acto que realizaban las centrales sindicales en Plaza de Mayo, mientras que la izquierda también tuvo su propia intervención una vez finalizada la actividad frente a la Casa Rosada. Por su parte, el martes se realizaron cortes en distintos puntos de acceso a la Capital Federal.

“Esta fue una gran demostración de fuerza contra el saqueo y el ajuste. Con un alto acatamiento de la población al paro nacional, que junto con el sindicalismo combativo y los movimientos sociales se hizo sentir con cortes y piquetes en todo el país. Haciendo activo un paro que llega muy tarde por parte de la CGT y que debe tener continuidad para evitar que pasen las reformas neoliberales” dijo Marianela Pini Navarro, vocera del Frente de Organizaciones en Lucha.

Algunas de las consignas que se hicieron sentir durante los cortes fueron el rechazo rotundo al presupuesto 2019 que quiere implementar el macrismo siguiendo las directivas del FMI y que tendría el aval de gran parte de los gobernadores peronistas. El mismo implica un mayor ajuste para los sectores trabajadores, con miras a logar uno de los objetivos que impone la entidad financiera internacional y que mantiene preocupado al gobierno, es decir el déficit cero.

“La salida de a la crisis solo vendrá de la unidad de todos los sectores en pie de lucha, hay que dar continuidad a las acciones de protesta. No se puede plantear que hay que esperar al 2019, es suicida promover la pasividad política de los sectores populares  cuando hay 15 millones de pobres, miles de despidos y un desplome total del poder adquisitivo de las grandes mayorías. El gobierno  nacional en su campaña deslegitimadora de la protesta social señalo que la huelga general “costó” 31.600 millones de pesos. Lo que confirma quiénes somos los únicos  que producimos la riqueza social en la argentina. Y quienes pagamos con el hambre y la exclusión  la fiesta de los de los ricos, las trasnacionales y sus aliados locales” afirmo Marianela Navarro.