“Nos están quitando el derecho al agua que es lo principal. No podemos tener plantas ni nada, porque se seca todo. No podemos lavar ropa, no podemos  bañarnos. Y las criaturas, sin agua, ¿no piensan en eso acaso las autoridades? Da mucha bronca". Miriam Torres, integrante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y vecina de Fiske Menuco describe la situación apremiante en la que viven les habitantes de los barrios populares en la ciudad rionegrina.

El martes 30 de noviembre pasado el FOL junto al Polo Obrero y Barrios de Pie - Libres del Sur realizaron una gran jornada de lucha frente a las oficinas de Aguas Rionegrinas (ARSA) y en el barrio J.J Gómez ya que hace más de tres meses padecen la falta de acceso a agua potable y redes cloacales en gran parte de los barrios populares del norte de la ciudad.

Así lo explica Miriam, “nuestra lucha lleva ya tres meses, pidiendo el agua y las cloacas, los barrios populares de Fiske como Alta Barda, Quinta 25, que son recuperaciones de tierras, no tenemos agua. Estuvimos reclamando mucho tiempo, hasta que logramos tener una reunión con la intendenta María Emilia Soria y el Jefe de Servicio de ARSA, Adolfo Stefanich, donde nos dijeron que no había motores pero para el 30 de noviembre íbamos a tener agua como corresponde”.

Como se viene denunciando desde el FOL, las obras públicas son decisiones políticas que los gobernantes han definido en favor de sus intereses y los barrios populares se cansan de ser rehenes en las disputas electoralistas entre el oficialismo provincial y el oficialismo local.

“Ya pasaron unos días y el tanque de agua que está en J.J Gómez todavía no está en marcha si bien llegó el motor, ahora están trabajando porque volvimos a marchar junto al Polo Obrero y Barrios de Pie - Libres del Sur luchando para que puedan conectar el motor y tener un poco más de presión de agua para llegar hacia nuestros barrios”, comenta Miriam.

Es difícil el panorama de los barrios donde carecen de derechos fundamentales y ambientes libres de contaminación. Miriam lo expone cuando indica “tenemos que engancharnos con mangueras de muchísimos metros para poder tener una gotita de agua en la noche y ni así tenemos a veces agua. Pedimos agua potable al municipio porque sino tenemos que buscar en el canal principal que pasa por J.J Gómez, pero esa agua lamentablemente no es potable, tiene los residuos cloacales que llegan desde la planta que no está en funcionamiento entonces es imposible usarla. Los camiones cada vez pasan menos, ya el calor es muchísimo”.

La falta de agua no solo afecta a les vecines en general sino también a los espacios comunitarios. “Nosotros que como FOL tenemos nuestros merenderos y comedores tenemos que salir a buscar agua para poder hacer la comida y es muchísima la gente que va a buscarla. Entonces tenemos que seguir esperando porque ellos se toman todo el tiempo del mundo para poner los motores”, dice con tristeza Miriam y repone, “la lucha nuestra es constante, vivimos haciendo marchas, hablamos en los medios locales, tratamos de concientizar a la gente para que pueda ir a luchar con nosotros, porque ya sabemos que las organizaciones sociales estamos mal miradas, somos los vagos, los que andamos pidiendo cosas y no se dan cuenta que nosotros trabajamos acá donde debería ser el Estado que haga esas tareas y no lo hace. Entonces los que ponemos la cara, los “vagos” para que todos podamos tener agua la seguimos luchando hasta el día que tengamos agua como corresponde.”

Tras el plan de lucha, las autoridades se comprometieron a realizar parte de las obras urgentes en el plazo de 20 días. Mientras las mismas se realizan, también hubo un compromiso por parte de ARSA a enviar camiones cisternas con más frecuencia y a lugares por los que aún no pasa. Las organizaciones harán un seguimiento de las obras para efectivamente constatar que los avances estén en pie y las promesas y compromisos asumidos por parte de las autoridades tanto de municipio como de ARSA, finalmente se cumplan.

“La intendenta dijo que no podía poner el agua porque nosotros estábamos en tomas, tierras que no nos corresponden, yo le dije sí, yo vivo en una toma, pero ¿por qué? Porque yo fui a pedir tierras al municipio y nunca me dieron nada. Y alquilar no se puede, con la plata que nosotros ganamos es imposible pagar un alquiler, manifiesta Miriam. “En los barrios por qué ocurren recuperaciones de tierras, porque ellos no le dan bolilla a nadie. Ellos hacen lo que quieren, y me parece muy mal”.

Las organizaciones exigieron la puesta en obra de un Plan Director de Aguas que dé una respuesta integral al derecho al agua. “Nosotros como FOL vamos a seguir luchando hasta que pongan la red de agua que es demasiado esencial “, finaliza Miriam, con la convicción de que no se juegue más con las condiciones de vida de las familias que se ven forzadas a vivir en barrios precarios.