La Plata
Cultura y huertas para sembrar transformación
Las huertas del FOL comenzaron un proceso de articulación con trabajadores y trabajadoras del arte que forman parte de la cuadrilla cultural Awkache. ¿Cómo y porque conjugar estos dos mundos?
El Frente de Organizaciones en Lucha impulsa desde hace años las huertas orgánicas y comunitarias en diferentes territorios a lo largo del país, con el fin de producir alimentos saludables, trabajar la conciencia ambiental y fomentar otras formas de consumo y producción. En los últimos meses, en La Plata, se combinó este trabajo con la cuadrilla cultural Awkache que reúne a diferentes trabajadores y trabajadoras del arte. El objetivo de dicha articulación es fomentar espacios de encuentro con la naturaleza a través de la cultura, reconocer puntos en común entre quienes trabajan en cada espacio y enriquecer a través del arte las luchas que se siembran cada día.
El vínculo entre ambos espacios comenzó a darse a partir de la organización en conjunto de festivales, festejos del día de lxs niñxs y muraleadas en distintos centros comunitarios del FOL. En este contexto de pandemia y a raíz de las medidas de aislamiento, las huertas se transformaron en un lugar propicio para el encuentro al aire libre. “Vimos que podíamos aportar desde la señalética para poner nuestros espacios cada vez más lindos, con cartelitos de colores” cuenta Yapan que trabaja como muralista.
Los carteles que diseñaron son para indicar los nombres de las plantas y sus propiedades, por lo que además de embellecer las huertas tienen una función pedagógica debido a que apuntan a fomentar la lectura en los propios espacios de trabajo. Muchas compañeras que están aprendiendo a leer y escribir pueden reconocer a través de esta herramienta las palabras con las que están familiarizadas, lo que en términos del pedagogo brasilero, Paulo Freire, sería reconocer su “universo vocabular”.
“A su vez les compas también están realizando un fanzine donde cuentan sobre las plantas medicinales y eso lo estamos abordando desde la parte de diseño. La idea es que exista un ida y vuelta de las necesidades de les compas de las huertas para más adelante armar festivales, murales y todo lo que sea necesario para que nuestras huertas estén cada vez más lindas y que nos den ganas de todos los días ponerle el cuerpo a esos espacios” agrega Yapan.
Quienes integran este proyecto lo hicieron atravesadxs por una pregunta: ¿Qué tipo de cultura queremos construir en los barrios populares? así se apunta a una perspectiva crítica que recupere los saberes del pueblo, que entienda el trabajo cotidiano que se hace en las huertas como parte de la cultura, y que pueda enriquecerlo con otros lenguajes como los murales, la música, el diseño, el dibujo, etc.
A su vez, otro de los objetivos es pensar los puntos en común como trabajadorxs y fomentar la unidad de clase ya que en general cuesta ubicar a quienes hacen arte en ese rol. Además en el contexto actual de precarización del trabajo, la realidad con respecto a las condiciones de vida de quienes se desempeñan en estos dos ámbitos no son tan distintas. Los bajos sueldos, el changueo y la falta de reconocimiento a la labor que hacen es moneda corriente tanto para lxs artistas como para lxs huerterxs.
“Las huertas en nuestros barrios populares, no son solo espacios en donde se genera alimento sano y fresco respetando los ciclos de la naturaleza, sino que son espacios de aprendizaje, pequeñas escuelas” dice Ramiro uno de los coordinadores del área. Al respecto Rocío, una de las jóvenes trabajadoras de la huerta del Galpón de Tolosa dice que “todos los días nos vamos con conocimientos nuevos (…) Algunas compañeras de todo lo que van aprendiendo lo van aplicando en sus casas, tienen sus propios compost, nos muestran las fotos de sus brotecitos o plantines, comparten algunos para las huertas. Nos cuentan como las protegen de las plagas. Y está buenísimo plantar nuestros propios alimentos”.
Como explica Ramiro, las huertas a esta escala no pretenden solucionar todos los problemas socioambientales que existen en los barrios, pero si son espacios muy ricos para trabajar la conciencia ambiental y preguntarse acerca de como queremos habitar este mundo. En ese sentido, van totalmente emparejadas con la salud y también con el arte.
Si se piensa a la salud desde una mirada compleja e integral se comprende que todos esos elementos contribuyen al bienestar físico y emocional. Poder expresarnos de forma artística y conjugar eso con el cuidado del entorno, con la elaboración de alimentos sanos y la conexión con la naturaleza, y a su vez pensarse como trabajadores es un aporte fundamental desde el campo popular.
La cuadrilla cultural de Awkache por su parte aspira a seguir construyendo vínculos con lxs trabajadorxs del movimiento social en distintos aspectos, en este momento es la huerta, pero luego podrán ser talleres de serigrafía o rap con jóvenes, espacios recreativos de dibujo y puntura lxs niñxs de los jardines populares, y así ir sembrando cultura y conciencia en cada espacio.