Corre el segundo año de pandemia y el Gobierno Nacional aún no da soluciones estructurales al problema de la conectividad en los barrios populares de todo el país. La única alternativa que se ha presentado públicamente fue la promesa de La Prestación Básica Universal (servicio de internet, cable y telefonía subsidiado por el estado a precios muy bajos) y la entrega de tablets y notebooks, que casi no se ha implementado a nivel Nacional.

La falta de conectividad no solamente impide una continuidad pedagógica y diálogo con las escuelas, los espacios de niñez, o los centros comunitarios donde circulan las familias. Sino que también, imposibilita cuestiones cotidianas como la inscripción a los planes sociales que propone el Gobierno o al programa nacional de vacunación, para los cuales todos los formularios son virtuales, con necesidad de acceso a internet. Mientras tanto, lxs trabajadorxs de la educación, seguimos generando estrategias, pensando diferentes maneras y posibilidades de dialogar con lxs pibxs aún en este contexto.

En los medios hegemónicos de comunicación hablan de la famosa ‘’continuidad pedagógica’’ en los espacios educativos, llevando adelante una modalidad semi-presencial que comenzó en marzo de 2021, pero hemos visto que es muy difícil de llevar a cabo en las condiciones en las que están las escuelas y la desigualdad estructural que se profundizó en este contexto.

Lxs docentes han llevado adelante una doble tarea -virtual y presencial- que han tenido que realizar sin ningún respaldo en sus puestos de trabajo. Mientras tanto, el 65% de los 4416 barrios populares registrados en el RENABAP no tiene acceso a conectividades, y los de la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, no son la excepción.