En medio de la pandemia y con los casos positivos de COVID-19 multiplicándose en Catamarca, en el oeste catamarqueño crecen también los problemas con el agua, un bien esencial para la vida pero también para tomar medidas de prevención de contagios.

El viernes 8 vecinos y vecina realizaron una segunda movilización porque se ven obligados a comprar agua, o eventualmente lograr que la municipalidad llene los tanques con agua que no es apta para consumo, lo que aumente costos y peligros ante el uso de un agua no tratada. Un único caño que toma de un pozo es el recurso al que se ven obligados a llevar recipientes para llenar para parte de las 30 mil personas que viven en la localidad.

Ante esta grave situación un grupo de jóvenes impulso una manifestación y presentación de pedido de soluciones urgentes. Además recolectarán firmas para presentar notas ante las autoridades locales y provinciales al tiempo que recolectan testimonios de afectados. 

La realidad del agua en la zona de explotación minera en las localidades del oeste contrasta con los millones de litros de agua diario que las mineras utilizan, además de la contaminación de los ríos y el medio ambiente en general.

Convocan el viernes 15 a las 19hs a una nueva movilización para exigir soluciones, habrá delegaciones que saldrán desde los distintos barrios afectados. El agua es una problemática en la zona y de todo el valle calchaquí a la que nunca se dan respuestas y soluciones a largo plazo. El agua no es un negocio, sino un derecho humano.