martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº2266
Frente de Organizaciones en Lucha » Educación/Cultura » 26 nov 2020

Abriendo escuelas para luchar

Oficializaron el Bachillerato popular “El Llamador”, una victoria para la educación crítica y liberadora

Tras 10 años de experiencia, trayectoria y organización la oficialización del espacio es un reconocimiento al trabajo de docentes y estudiantes.


Tras un 2020 complicado y marcado por sucesivas derrotas para la clase trabajadora, la noticia de la oficialización del Bachillerato Popular “El Llamador”, junto a tres espacios más, fue una bocanada de aire para quienes vienen luchando por una educación popular, crítica y liberadora. Esta victoria llegó luego de una década de perseverancia, trabajo y autogestión y significa el reconocimiento de un derecho fundamental para les estudiantes y docentes que le dan vida.

La oficialización significa que el “Bachi” pase a conformarse como una escuela pública reconocida por el Estado; esto implica un avance en derechos básicos como el pago de los salarios al plantel docente y la posibilidad de exigir insumos y financiamiento como cualquier otra escuela. Hasta el momento, les docentes venían realizando sus tareas pedagógicas y la construcción del espacio totalmente a pulmón, sin recibir un salario a cambio y sin tener otros derechos laborales como jubilación, antigüedad, etc.

A su vez, este año el sostenimiento de las actividades fue particularmente difícil, debido a que con la pandemia tuvieron que realizar las clases de manera virtual. Esto dificultó la situación de muches estudiantes debido a que una gran parte no contaba con la conectividad necesaria y no hubo ninguna política del Estado para abordar a este sector educativo.

“Hoy, nuestra escuela tiene reconocimiento estatal, aunque entendemos que el Estado no es lo que nos hace posible. Existimos por la red que generamos, por la convicción y la fuerza, pero también sabemos que este reconocimiento es nuestro derecho y es un triunfo que nos ha costado muchísimos años de lucha” expresaron en un comunicado.

La oficialización también implica algunos desafíos, como es la relación con el Estado, ya que los Bachis tienen su propia dinámica y forma de organizarse en asambleas de estudiantes y docentes, parejas pedagógicas para dar clases, reuniones de área para definir contenidos y propuestas, y asambleas propias de estudiantes. Por lo que para sostener esto es importante tener en claro la necesaria independencia de la injerencia estatal y la perspectiva de seguir pensando la educación desde lo popular.

Agustina, una de las docentes históricas del espacio expresó que “lo público siempre queda atado al control estatal, entonces me parece que tenemos que pensar un espacio desde el barrio, desde la comunidad, que pueda pensar lo público desde otro lugar, desde lo critico, lo colectivo, lo popular, me parece que es fundamental para construir otro tipo de escuelas”.

A su vez, el tipo de educación que se construye apunta a cuestionar la normalización y homogenización de les estudiantes, a fomentar el conocimiento crítico y liberador, a involucrar a les estudiantes en la tarea pedagógica para fomentar su empoderamiento a la hora de tomar decisiones, de intervenir en su realidad inmediata. La educación popular pensada desde esta lógica pretende formar personas comprometidas con su realidad, solidarias y activas, con una conciencia de transformación.

“Es fundamental en el contexto en el cual vivimos que la educación popular pueda pensarse en un trabajo en conjunto con el sector desocupado y precarizado, porque es ahí donde el colectivo de educadores queremos construir una cultura y educación alternativa” dijo Agustina y agregó que uno de los propósitos es “pensar desde la pedagogía popular el trabajo, la cultura y la educación. Tener un bachillerato o construir jardines populares es lo que los movimientos sociales necesitamos, porque tenemos una existencia cada vez mayor y esa existencia está siendo organizada desde esos espacios y en disputa con el Estado”.

Ese es el camino que vienen construyendo hace 10 años. Ahora con el piso de la oficialización como base las perspectivas a largo plazo son amplias y profundas. Según contó Agustina, las ansias están puestas en los procesos formativos, en ampliar las discusiones y debates a otras regiones latinoamericanas, intercambiar y nutrirse de otras experiencias, construir desde las bases y de manera colectiva un horizonte emancipador, de libertad y de lucha.  

 

 

 

 

 

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