El Frente de Organizaciones en Lucha hace hincapié en que la única forma de salir de esta crisis es generando trabajo genuino. Con esa perspectiva se organizan para llevar adelante diversas obras, proyectos productivos y cuadrillas de salud y género, a la vez que continúan su exigencia por el reconocimiento de las tareas esenciales que desarrollan y que durante la pandemia han sido fundamentales para miles de familias en todo el país.

El trabajo se encuentra enmarcado bajo convenios de Potenciar Trabajo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que otorga un salario de 8500 pesos y fondos para los materiales. Desde el FOL remarcan que el programa es muy precario, ya que los sueldos se encuentran por debajo del nivel de indigencia y el Estado los diseña como un plan asistencial en el que no se reconocen muchos de los derechos básicos de las y los trabajadores.

Pero desde los movimientos sociales intentan darle “una vuelta de tuerca” para pensar proyectos que sean beneficiosos para el conjunto de la comunidad y para que sirvan como herramienta organizativa a partir de la cual exigir trabajo con todos los derechos y aumento salarial igual a la Canasta Básica Familiar.

En provincias como Chaco, Misiones y Santiago del Estero, este tipo de iniciativas adquiere un valor esencial ante la ausencia del Estado. Allí las y los integrantes del FOL se organizan en asambleas para decidir cómo se compone cada cuadrilla, discutir criterios de trabajo y el tipo de obra a realizar.

“Queremos terminar nuestro galpón central donde va a estar la carpintería, panadería y la cocina. También pensamos armar un salón de usos múltiples para distintas actividades; y las obras que sumamos son arreglar todos los comedores y merenderos de nuestra regional, y armar cuadrillas en diferentes áreas como empedrado, cordón cuneta y arreglar playones de canchitas para bien de la comunidad” dice Victorio que vive en la zona centro de la provincia de Misiones, lugar donde trabajarán entre 380 y 400 personas.

Por su parte, en la zona sur de la misma provincia, Fabiana dice que planean llevar adelante cuadrillas de fumigación y descacharrización para combatir el dengue; áreas de salud para abordar la prevención y problemáticas de adicciones; y grupos que realizan tareas de acompañamiento a compañeras en situación de violencia de género. A su vez cuenta que van a trabajar con el Centro de Atención Primaria de la Salud N°1, donde construirán un vacunatorio y un baño para personas discapacitadas.

La tarea que realizan las organizaciones muchas veces cubre necesidades básicas que debería abordar el Estado, por eso la comunidad se los reconoce y agradece. “Hay muchas personas que están siendo despedidas y no tienen ni siquiera una changa, a través de nuestros merenderos les brindamos ayuda para poder llevar un plato de comida a sus hogares” afirma Fabiana.

Lo mismo sucede en Chaco y Santiago del Estero donde se llevarán a cabo obras similares. Particularmente en una de las localidades santiagueñas, se harán perforaciones para que el pueblo tenga acceso al agua, ya que es una problemática muy grave que afecta a varias localidades y por la cual vienen luchando hace muchos años. “Es un gran logro para el pueblo poder acceder al agua potable, los compas están muy contentos” cuenta Emiliano.

Mientras que Diego, en Chaco afirma que “hasta ahora laburábamos todo a pulmón, con fondos propios de la organización, así hicimos el merendero y el comedor. Esta es la primera vez que vamos a participar en un proyecto así, es un gran desafío, una gran meta que tenemos para cumplir, y una experiencia nueva”.