En el marco del mes de las infancias, los jardines populares del FOL y del FAR organizaron pequeños festejos manteniendo las medidas de seguridad para celebrar la niñez. En un contexto complejo para sostener la continuidad pedagógica las educadoras se preocupan por seguir acompañando el crecimiento, el aprendizaje, la alimentación y el juego de cientos de niñas, niños y niñes.

Las ollas populares que se llevan a cabo en los diferentes barrios y en donde la mayor parte de las veces las personas adultas son protagonistas, se transformaron durante estos últimos días. Cientos de niñas y niños asistieron a buscar su plato de comida porque sabían que les esperaban algunas sorpresas más que les habían preparado “las seños” de los jardines.

Además, desde el espacio de coordinación de niñez que reúne a los dos movimientos sociales, armaron un video donde hacen un repaso por el trabajo que se viene haciendo durante la pandemia, y en el que se preguntan por las condiciones en que cada familia la está atravesando: “En nuestro países más del 40% de la población y más de la mitad de les niñes viven en una situación de pobreza, ¿Cómo se garantizan sus derechos en un aislamiento tan desigual? ¿Cómo hablamos de salud y cuidados en barrios donde piden que nos lavemos las manos, pero no tenemos agua?”.

Estas son algunas de las dificultades con las que se encuentran en los barrios populares, a lo que se agregan los problemas para acceder a internet y continuar con su aprendizaje y con las tareas que le mandan desde la escuela y desde los jardines.

Por otro lado, en el video denuncian “les niñes que tienen casa no pudieron salir ni a dar una vuelta durante el primer mes y medio de cuarentena, porque se les veía únicamente como contagiadores. Nosotres entendemos la salud desde un punto de vista integral, entonces ¿qué pasa con la salud mental y emocional de les niñes? El derecho al juego, La continuidad pedagógica, la alimentación pasan a ser un lujo cuando no hay servicios, vivienda digna, juguetes ni espacio para jugar”.

“les niñes son el presente” dicen en el video, poniendo en tensión la conocida frase que dice que son el futuro. Con lo cual por un lado al usar “les niñes” intentan abordar la infancia desde una perspectiva de género y teniendo en cuenta toda la diversidad de formas en las que se vive la niñez. Mientras que por otro, ponen el foco en que son el presente ya que “históricamente les niñes fueron personas marginadas porque se subestimaban sus capacidades emocionales e intelectuales” dice Antonella, una de las coordinadoras del espacio, y agrega “hace muchos años atrás se los pensaba como pequeños adultos. Estas ideas se vienen arrastrando y reproduciendo. Entonces pensar a les niñes como el presente es una manera de nombrarles hoy, y es una manera de aportar a que realmente se les escuche, a que se tenga en cuenta su opinión en los espacios que habitan, a tratar de romper el adultocentrismo y la mirada hegemónica de las infancias”.

En ese sentido, desde los jardines populares apuntan a construir con las y los niños un lugar donde su voz sea la protagonista y donde los límites se vayan construyendo en conjunto, siempre en un marco de cuidado y respeto.

En el medio de la pandemia, las educadoras continúan luchando por el reconocimiento de todos los jardines y de su labor como trabajadoras esenciales. A su vez, denuncian la insuficiencia de las políticas públicas diseñadas por el Estado para abordar las múltiples problemáticas por las cuales atraviesan las infancias. “Los movimientos sociales que estamos en los territorios tratamos de contener todo esto desde la solidaridad y lo colectivo” afirman en el video.