Roberto vive en Villa Azul, el lugar que se encuentra en el foco de la tormenta a raíz de la detección de 173 casos confirmados y 53 sospechosos en las últimas horas. Hace algunos días él junto a otras vecinas habían denunciado las terribles condiciones de hacinamiento en las que viven, los problemas estructurales del barrio y que los punteros distribuyen la asistencia alimentaria de forma discrecional y por favoritismos. Hoy Roberto es uno más de los infectados con Coronavirus y está internado en el Hospital Isidoro Iriarte de Quilmes.

Hace años que los vecinos y vecinas vienen reclamando por las pésimas condiciones en que se encuentra la villa, pero como dijo Roberto “las denuncias se las lleva el viento”. Zanjas desbordadas al costado de las casas y por las que corren los precarios caños de agua que utilizan para el uso doméstico; cortes permanentes de luz y cables de alta tensión al alcance de cualquier persona; casas precarias, sin calefacción ni aislamiento, y en la que viven familias numerosas en espacios reducidos; y los basurales que son un foco de contaminación constante.

Villa Azul junto a Itatí, que está al lado, son uno de los barrios más grandes de la comuna que lidera Mayra Mendoza y que hace décadas sufre el abandono por parte del Estado. Allí, Roberto contó que “de los alimentos y productos de limpieza que mandó el Municipio no recibí nada, por eso estoy enojado con los punteros políticos porque ellos les dan a los que quieren y les caen bien, no a todos los que necesitan. Únicamente recibí ayuda por parte del movimiento en el que estoy”.

Roberto es integrante del Frente de Organizaciones en Lucha, un movimiento social que se encuentra en varios barrios populares del conurbano, la Capital Federal y el resto del país. Como tantas otras organizaciones vienen exigiendo que se aumenten los kilos de mercadería para los comedores y desde un principio plantearon la necesidad de que los mayores esfuerzos se pongan en los testeos en las villas para evitar que esto se transforme en una tragedia.

A su vez, en las reuniones que mantuvieron con funcionarios del gobierno a nivel nacional, la puja entre los intendentes y los movimientos sociales estuvo presente. Desde el Estado apuntan a coordinar la asistencia alimentaria con los municipios, pero desde un primer momento las organizaciones pusieron sobre la mesa que de ser así esos recursos no llegarían al barrio, debido a que ya es conocida la discrecionalidad con la que se manejan los punteros políticos.

"Ayer casualmente estaban anotando para recibir el gas de la garrafa. Yo fui a decir que me quería anotar y me dijeron que yo no podía porque ya se había anotado mi señora, pero si yo estoy separado. Despues cuando vino el camión estaba la mujer, el hijo, la hija, todos sacando el gas para ellos" dijo Roberto, revelando un mecanismo que se da de forma recurrente en los barrios.  

La militarización de la zona también fue repudiada por los movimientos sociales quienes puntualizaron en que hace tiempo vienen exigiendo que se reconozca el trabajo histórico que vienen haciendo en los barrios y que la solución para superar esta pandemia no es de la mano de la polícia, ya que son conocidos los abusos constantes de las fuerzas de seguridad en los sectores populares. Por eso exigen que la intervención debe ser brindando mayor asistencia alimentaria a los comedores, un reconocimiento salarial de quienes llevan mantienen esos espacios para miles de familias, la ampliación de los testeos en las villas y el acondicionamiento de espacios amplios para que las personas puedan llevar adelante el aislamiento en condiciones dignas.