viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº2269
Frente de Organizaciones en Lucha » Regionales » 7 feb 2019

Florencio Varela

Vivir en un barrio organizado por sus habitantes desde los cimientos

Las viviendas construidas por integrantes del FOL en 2015 han cambiado y mejorado drásticamente la calidad de vida de quienes residen allí.


En 2015 se inauguraron 11 de las 34 viviendas que construyeron los propios vecinos y vecinas de Florencio Varela. El predio, ubicado en General Salvo y Sicilia, fue terminado en el año 2017, cuando se estrenaron las viviendas restantes. Elizabeth fue una de las primeras personas en ocupar su nueva casa junto a sus tres hijos, luego de haber pasado años sin tener una vivienda propia.

“El primer año de vivir en una casa propia es levantarte, que llueva a cántaros y que vos no te des cuenta de que está lloviendo, cuando en las otras casillas o donde estábamos nos levantábamos y el piso estaba lleno de agua.”, afirmó con emoción.  Además, añadió que tener una casa propia cambió la vida de todos los residentes del barrio.

Dentro del predio, además de los hogares existen distintos espacios de trabajo. Ellos son el comedor comunitario, la Casa de la Mujer en donde funciona la Comisión de Género, Talleres del programa Hacemos Futuro, Taller de Huerta a cargo de El Envión y Jóvenes FOL. Por último, también existe un zoom que se usa de forma recreativa.

A medida que se fueron levantando las instalaciones del predio, los vecinos se reunieron en asamblea para establecer criterios de convivencia. Según Elizabeth, la regla principal es la prohibición de hombres violentos. Frente a la problemática de la violencia machista, se decidió en primera instancia advertir sobre aquellos hombres que ejercieran violencia de cualquier tipo sobre sus parejas o hijos, y en caso de que sigan repitiendo esa conducta, expulsarlos de la vivienda. Otra de las reglas que deben respetarse en el barrio es el no consumo de drogas o estupefacientes, ni tampoco la venta de las mismas.

En cuanto al mantenimiento del barrio, las tareas se reparten de igual manera. Quincenalmente se realiza una limpieza del cesto de basura, que se encuentra a cargo de dos familias distintas cada vez. Lo mismo sucede cada vez que surge un problema de infraestructura en una de las viviendas: “A veces, cuando construíamos las viviendas, lo hacíamos nosotros mismos y éramos conscientes de que no todos sabíamos. Eso produjo algunos problemas estructurales, que se solventan también entre todos.”, aseguró la vecina.

A pesar de haber construido el predio mediante sus propios medios, la municipalidad sigue sin atender a los reclamos de los vecinos. En reiteradas ocasiones han pedido la pavimentación de la calle principal para evitar que se inunde, el mantenimiento de luminarias y la conexión de medidores de Edesur.

Sobre la convivencia, Elizabeth comentó: “Tratamos de siempre ver los beneficios para el grupo y no para los individuales. Tenemos la suerte de poder discutir y proponer cosas para mejorar la calidad de vida de todo el mundo”. Sobre las bases de la solidaridad y el esfuerzo, los vecinos buscan soluciones comunitarias a los problemas, sosteniendo actividades autogestivas y jornadas de trabajo en pos de mejorar el barrio.

 

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