Historia de vida
María, referente del FOL en Formosa: “El movimiento nos permitió recuperar nuestra dignidad”
Vive en una de las provincias más golpeadas por la pobreza y la precarización, pero cuenta que la organización y la lucha colectiva le abrió los ojos.
María es una de las referentes en la ciudad de Clorinda, provincia de Formosa. En el 2019 ella y un grupo de compañeras se sumaron al Frente de Organizaciones en Lucha luego de haber sufrido un sinfín de malas experiencias bajo el mando de los punteros políticos que responden al municipio y al gobierno provincial de Gildo Insfran. Hoy se siente orgullosa de lo que han construido de forma independiente y gracias al esfuerzo de todxs, y asegura que la organización les permitió mejorar su calidad de vida.
Ella y su melliza son las mayores de una familia de 6 hermanos. Nacieron en Paraguay, pero cuando María tenía un año la familia decidió trasladarse a Argentina. A los 13 años empezó a trabajar vendiendo fruta o haciendo changas ya que lo que su mamá ganaba no les alcanzaba. A los 16 años entró a trabajar en limpieza en una casa de familia y la patrona le dio a elegir: “o trabajas o continuas tus estudios secundarios”. Por su situación económica María no tenía opción y tuvo que abandonar la escuela.
Pese a que nunca tuvo un trabajo en blanco, se las ingenió para sobrevivir con sus tres hijxs, a quienes aspira a darle mejores oportunidades, pero la provincia de Formosa es un territorio difícil. “Desde que tengo uso de razón no conocí a otro gobernador que no sea Insfran” cuenta y puede describir con detalles lo que implica vivir bajo la sombra opresiva del caudillo del norte. “Acá una no puede ser libre pensante, acá vemos mucha gente que sabe que está mal el país y la provincia, que sabe que está mal lo que están haciendo pero no pueden hablar porque no tiene para parar la olla”.
Los punteros políticos siempre actuaron de la misma manera: favoritismo, aprietes, amenazas y enriquecimiento personal a costa de la gente. “Siempre los beneficios sociales eran para sus conocidos, para acomodados (…). La gente no sabía ni qué estaba cobrando ni si tenía que trabajar o no, pero si preguntabas de más te expulsaban o echaban”.
Según el Indec, en el segundo semestre del 2021 Formosa registró uno de los índices de pobreza más altos del país con un 45%, mientras un 12% es indigente. Además es una de las provincias con mayores problemas habitacionales y con un alto porcentaje de mortalidad infantil, sobre todo en comunidades originarias que se encuentran aún más desamparadas y hostigadas por el gobierno.
Sin embargo, los últimos datos de desocupación se encuentran por debajo de la media nacional, siendo muy llamativo que en un territorio donde casi la mitad de su población es pobre, los niveles de desempleo bajen. Esto se explica por la enorme cantidad de fondos que se giran desde el gobierno Nacional para sostener el elevado número de empleadxs públicxs que trabajan en condiciones de extrema precarización.
“En el Municipio solo entras por contrato de 6 meses, no te tienen en blanco, y te pagan una miseria de 20 a 26 mil pesos por 12 horas diarias de trabajo. Cuando hay un acto político te obligan a ir, caso contrario te rescinden el contrato. Juegan con la necesidad de la gente” denuncia María y a continuación expresa “entonces es un orgullo no depender de nadie y que nadie te lleve como ganado cada vez que hay votaciones”.
María compara esa forma de funcionamiento con lo que ella y sus compañerxs impulsan hacia el interior del movimiento y plantea que “la organización nos abrió las puertas del conocimiento, nos enseñó lo qué es la formación política, cuáles son nuestros derechos y porqué luchamos (…). Esto nos permitió abrir los ojos y nos permitió recuperar nuestra dignidad, que eso es algo que acá no se consigue. Tenemos la oportunidad de cerrarle la puerta en la cara a los punteros políticos”
Pero esa posibilidad la consiguieron con mucho trabajo y firmeza en las formas de construcción genuina que llevan a cabo. Las asambleas, reuniones de delegadas y reuniones de cuadrillas son los espacios donde todxs lxs compañerxs pueden opinar y decidir el rumbo de su lugar de trabajo y de su organización, y eso la gente lo valora. A su vez, ven que lo que hacen en las huertas, en la limpieza y barrido en los barrios, en los talleres de manualidades y costura, son actividades que redundan en beneficios para toda la comunidad. Además que son espacios que promueven la autonomía y la participación de un montón de mujeres que anteriormente se encontraban recluidas en las tareas del hogar.
Pese a una vida entera dedicada al trabajo, María sigue luchando por sus hijxs, para que tengan un mejor futuro y para que el día de mañana ese cambio social que anhela les permita a todxs tener oportunidades y no sólo a unxs pocxs.