viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº2276
Frente de Organizaciones en Lucha » Opinión » 25 jun 2022

La Masacre de Avellaneda es Crimen de Estado

Repudio a los responsables políticos de la Masacre de Avellaneda II

A 20 años repasamos el “prontuario” de cada asesino.


La Masacre de Avellaneda del 26 de Junio del 2002 es un crimen de Estado

 Autoría intelectual

Jorge Vanossi

Desde el 2003 hasta 2007 fue diputado nacional por el macrismo y luego fue Conjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Abogado históricamente perteneciente al partido Unión Cívica Radical.

Ocho días antes de que sucediera la masacre de Avellaneda, incluso antes de que los espías del vicejefe de la SIDE Oscar Rodríguez entregaran el último «informe secreto» de la SIDE, Jorge Vanossi, Nicolás Becerra y Norberto Quantín ya habían acordado los términos de la denuncia que presentarían una vez efectuada la represión en Avellaneda el 26 de Junio. El martes 18, los tres mantuvieron una reunión con Duhalde y con los jefes de las fuerzas de seguridad (próximas a ejecutar el operativo represivo) y allí fijaron «las directivas que deberán acatar jueces, fiscales y efectivos uniformados; cuál será la actitud de la Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía Federal y la cobertura a su acción que tendrá en la Justicia a través de los jueces y los fiscales federales en las próximas acciones de piqueteros que preocupan al gobierno.»

Jorge Vanossi, con los informes listos y la fundamentación redactada, elevó la presentación judicial al procurador de la Nación, Nicolás Becerra, quien lo derivó a la Cámara Federal, a manos del fiscal Norberto Quantín. Este último remitió las actuaciones a la justicia federal y la causa quedó a cargo del Juez Federal Norberto Oyarbide.

Fue una de las caras más visibles del discurso oficial en torno a los hechos del 26.

Jorge Matzkin

La designación del diputado pampeano en el Ministerio del Interior formó parte de una decisión política que en su momento tuvo como objetivo dejar el cargo en manos de un dirigente del interior en momentos en que el Duhalde necesitaba que todos los distritos del país firmasen los acuerdos bilaterales de reducción del déficit fiscal que exigía el FMI.

El jueves 27 de junio de 2002, mientras se realizaba la protesta espontánea contra la represión en Avellaneda, Jorge Matzkin fue el encargado de dar una conferencia de prensa en la que se presentó públicamente la Causa Complot. Su discurso había sido elaborado horas antes en un encuentro que éste mantuvo con el ministro de Seguridad Juan José Álvarez y Jorge Vanossi, ministro de Justicia. Ante los medios Matzkin repitió los argumentos de las «balas piqueteras» esbozados el día anterior por Álvarez y reforzó la idea de una «nueva subversión armada piquetera» que se había hecho presente en la jornada del 26 atentando contra el gobierno democrático. Sustentadas en los informes que la SIDE había propagado entre los funcionarios, las expresiones que el ministro del Interior difundió aquel día grafican perfectamente la esencia de esa teoría: «Las acciones que dejaron el trágico saldo de dos muertes, constituyen un plan de lucha organizado y sistemático que puede llegar a amenazar y reemplazar la fórmula de consenso que la mayoría de los argentinos hemos elegido. Hay quienes prefieren el lenguaje de la violencia (…) muchos manifestantes tenían bombas molotov y palos con cuchillos». Por otra parte, alertó a las autoridades de las provincias sobre los posibles acciones que podrían tener lugar en sus jurisdicciones como parte del supuesto plan insurreccional. Pretendió así instalar el discurso oficial sentenciando a su vez que se garantizaría «el derecho de transitar libremente».

Si bien Matzkin nunca llegó a dar públicamente detalles concretos sobre el supuesto complot, en su planteo sostuvo tenazmente la existencia de una «estrategia insurreccional de ultraizquierda encarnada por la CTD Aníbal Verón, que se habría estado armando y entrenando para tal fin». La contundencia de los testimonios gráficos del asesinato de Darío Santillán puso un freno a la continuidad de la lógica oficial sobre los incidentes en el Puente Pueyrredón y sus alrededores. La idea del complot comenzaba a perder sus fundamentos. Sin embargo el ministro continuó apoyando la teoría de los piqueteros armados.

Alfredo Atanasof

“Si cortan el puente es una declaración de guerra”. (Alfredo Atanasof Jefe de Gabinete)

En 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde, dejó su puesto de diputado nacional para asumir como ministro de Trabajo. «Quisiera ser el ministro de trabajo de la desocupación de un dígito. Voy a bajar la desocupación», prometió en enero al asumir el cargo, luego de años de haber acompañado la aprobación de las leyes de flexibilización laboral. Durante su mandato quebró todos los records del desempleo.

19 de junio de 2002. Seis días antes de la Masacre, las declaraciones de Atanasof allanaban el camino para la explicación que más tarde el gobierno pretendería dar a los asesinatos de Darío y Maxi. En una conferencia de prensa el Jefe de Gabinete logró instalar el clima político que el gobierno necesitaba: refiriéndose a los piqueteros habló de una «suerte de guerra de unos contra los otros» y, en ese marco, invocó a las Fuerzas Armadas, más no sea para «aclarar que no tendrían injerencia en el tema». A su vez explicó, en relación a las reuniones oficiales, que las mismas «se mantuvieron con los funcionarios y las fuerzas de seguridad para establecer un mecanismo de coordinación que nos permita proteger el derecho de las personas a su desplazamiento».

Momentos previos a desatarse la cacería contra los manifestantes, Atanasof afirmó que ‘los piquetes no hacen más que contribuir al caos» y que por lo tanto era necesario «impedir los cortes cueste lo que cueste».

Atanasof participó del encuentro reservado que convocó Duhalde en Olivos en el que también estuvieron, el titular de la SIDE Soria y el Secretario de Seguridad Juan José Álvarez. Allí, éste último presentó los informes de los mandos de las distintas fuerzas actuantes.

 

Luis Genoud

En 2002 ocupaba el cargo de Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, hoy miembro de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

El comisario Alfredo Fanchiotti, vecino de Varela es amigo personal de Genoud.

En todas las reuniones previas a aquel 26 de junio él estuvo participando junto a funcionarios del gobierno de Duhalde que estaban en el gabinete. A su vez,  él tuvo activa participación en los años 70, y se lo denuncia como delator de algunos de sus compañeros de militancia ante la policía de Florencio Varela. Es por esto que la hermana de un familiar de desaparecidos lo denuncia específicamente.

Luis Esteban Genaud, uno de los personajes que menos trascendió y que, sin embargo, fue quien designó a tres personajes claves: Mario Alberto Mijín, quien era comisario de Lomas de Zamora y se suicidó en 2013 cuando comenzó a ser investigado por crímenes de lesa humanidad; Félix Osvaldo Vega, ex jefe de la departamental de Lomas de Zamora ,y Alfredo Luis Fanchiotti, comisario y condenado a cadena perpetua como uno de los responsables materiales de esos dos homicidios entre otros cargos.

 Aníbal Fernández

Político, contador público y abogado argentino afiliado y militante del Partido Justicialista, actual titular del Ministerio de Seguridad.

Ese 2002 era Secretario general de la Presidencia, en el gobierno de Eduardo Duhalde. Luego de la masacre sostuvo que las muertes habían ocurrido en el marco de “un enfrentamiento entre piqueteros”.

(Ver video) Ver Aníbal Fernández: un largo prontuario contra la protesta social

Carlos Federico Ruckauf

“No me temblaría el pulso para volver a firmar el decreto de aniquilación de la subversión como en 1975”, dicho dias antes de la Masacre de Avellaneda por Carlos Ruckauf (Ministro de Relaciones Exteriores)

Estaba haciendo referencia a que cuando era ministro de Trabajo en 1975, firmó el decreto de “aniquilación de la subversión” y merodeaban el Ministerio tres integrantes de la UOM, cuatro de la Policía Federal y un integrante de la Triple A, organización parapolicial de derecha creada por el secretario privado de Perón y ex Ministro de Bienestar Social, José López Rega.

Fue Vicepresidente de Carlos Menem en 1995, y tuvo como principal asesor a Luis Agusti Scachi, represor que actuó en la ESMA, campo de tortura durante la dictadura.

Fue gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1999 y 2002, periodo en el que promovió una política de mano dura contra la delincuencia (llegó a afirmar «hay que meter bala a los delincuentes»). Rodeado de lo más rancio de la derecha en su gabinete tenían lugar Aldo Rico, Raúl Otahecé, y el funcionario menemista en el Vaticano Esteban Caselli.

Durante la presidencia de Eduardo Duhalde no dudó en realizar declaraciones contra la protesta social y como Canciller emitió la frase que líneas más arriba.

Fuentes:Argentina Arde, Prensa de Frente y Agencia de Noticias RedAcción

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El 26 de junio de 2002 se ejecutaba el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en un operativo criminal coordinado por tres fuerzas de seguridad nacionales (Gendarmería, Prefectura y Policía Federal) con la Policía de la provincia de Buenos Aires, comandadas por la ex SIDE. Esa participación conjunta fue la mano de obra barata que hizo el trabajo sucio. ¿Pero quienes dieron la orden? Los autores intelectuales y responsables políticos de la masacre gozan de impunidad pero tienen el total repudio social para que sean llevados a juicio y sean condenados. A 20 años repasamos el “prontuario” de cada asesino.

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