A raíz de las intensas lluvias de los últimos días el arroyo San Francisco se desbordó nuevamente y llegó hasta la puerta de las viviendas cercanas. Por este motivo el FOL junto a vecinxs de la zona decidieron movilizar hacia el municipio de Almirante Brown para reclamar que se efectivice la mesa de trabajo pautada en el 2018. Dicha instancia fue pensada como un espacio de coordinación entre distintas áreas gubernamentales y quienes impulsan Proyecto Hábitat Claypole para mejorar las condiciones habitacionales y ambientales de la cuenca y de los barrios que ésta atraviesa.
Las inundaciones son una problemática de larga data en todo el conurbano bonaerense, pero en los alrededores del arroyo San Francisco se sienten con especial énfasis. Ante esto, hace algún tiempo desde Proyecto Hábitat Claypole se impulsó, de forma coordinada con la municipalidad, la construcción de un reservorio que es un ensanchamiento del arroyo sobre tierra no habitada y sirve para contener y absorber el agua. “Si bien ayudo muchísimo, y lxs vecinxs lo notan y lo valoran porque no tuvieron un metro y medio de agua adentro de la casa, la realidad es que no dio abasto. Por eso decimos que hay que tener esa mesa de trabajo para poder seguir pensando intervenciones a largo plazo” dice Laura integrante del proyecto.
Si bien se viene trabajando con algunos sectores del Municipio de manera satisfactoria, falta una coordinación más aceitada entre las distintas áreas, por eso desde el FOL reclaman que se concrete la mesa de trabajo pautada, con una sistematicidad que permita ordenar, planificar y destinar los recursos necesarios.
A su vez, Laura cuenta que en la última reunión que tuvieron en el marco de la movilización le plantearon al director de obras de la Secretaría de Infraestructura que las tierras que recorren los márgenes del arroyo, que son privadas, no pueden ser destinadas a la construcción porque eso solo empeorará la situación de forma estructural. “Consideramos que es importante que el Estado tome medidas para que esas tierras se conserven de forma pública. Se realizan esfuerzos para abordar la problemática desde una perspectiva de la complejidad ya que es muy importante resguardar las tierras para la comunidad incluso para el propio municipio, para las luchas ambientales, y también para pensar la problemática de los arroyos y el manejo de las cuencas hídricas a nivel nacional incluso” dice Laura.

No son desastres naturales, se llama extractivismo urbano

Las inundaciones reiteradas están lejos de ser algo ocasionado solo por fenómenos naturales. Por el contrario, se trata de un problema la forma general de organizar la vida social en el modo de producción capitalista, específicamente el modo de organización de lo urbano. El aumento de la pobreza y la degradación creciente de las condiciones de vida generan que la mayor parte de la población se amontone como puede en las márgenes de las ciudades. El hacinamiento, las dificultades para acceder a la vivienda y la falta de infraestructura golpea con fuerza a un número cada vez más grande de la clase trabajadora.
Mientras tanto, los empresarios, las inmobiliarias y los grandes especuladores acaparan grandes parcelas para negociados millonarios, esto lo hacen por supuesto, con la complicidad de los distintos gobiernos.
Así el derecho a la propiedad privada prima por sobre todas las cosas y la depredación en las ciudades tiene cara de basurales a cielo abierto, construcción indiscriminada de edificios sin ningún tipo de planificación y de countrys en zonas que deberían conservarse como humedales o reservas naturales.
En los últimos 60 años el crecimiento rápido y sin un ordenamiento de la población provocó importantes transformaciones en la calidad del ambiente. Así, se han modificado, canalizado o entubado cursos de agua y se han eliminado numerosos espacios verdes, que además de ser lugares de recreación necesarios, sirven para mitigar los desbordes. Además no hay ninguna política para evitar que los afluentes domiciliarios vayan a parar directamente a los arroyos, generando altos niveles de contaminación.
Según la Organización Mundial de la Salud, las ciudades deben disponer de un área verde de 15m2 por habitante, pero esta realidad está muy alejada de lo que sucede en general en todo el conurbano; en Almirante Brown cada persona cuenta tan solo con 1.93m2.

Un poco de historia del Proyecto Hábitat Claypole

Proyecto Hábitat Claypole es un espacio interdisciplinario conformado por organizaciones de la sociedad civil que involucra al campo científico y universitario y que en conjunto con el FOL y la comunidad en general vienen trabajando en la zona. Su objetivo principal es “la creación de corredores verdes urbanos que permitan la recuperación del suelo y la biodiversidad, la creación de un humedal que permita la mitigación de las inundaciones y la creación de un Reserva Ecológico-Deportiva”.
Si bien este Proyecto comenzó en el 2018, sus antecedentes son más antiguos y se remontan al 2007-2008 con las primeras movilizaciones y las actividades realizadas por el taller de aguas integrado por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. A lo largo de este tiempo las coordinaciones con diversas instituciones han sido muy amplias y ricas, y ha dado como resultado un mejoramiento significativo del ambiente que atraviesa el arroyo San Francisco.

Tal es así que, a partir de mantener limpio los alrededores, la construcción del reservorio y la instalación de humedales artificiales que son dispositivos para remover contaminantes que llegan al arroyo, comenzó a reaparecer la flora y la fauna nativa del lugar. Esto propicia las condiciones para que lxs vecinxs se apropien del lugar y donde antes veían un basural ahora ven la posibilidad de construir un espacio verde agradable para habitar.
A su vez, se trabajó con diferentes establecimientos educativos cercanos al arroyo con el fin de elaborar un proyecto para construir un Campo Ecológico Deportivo donde las escuelas tuvieran un espacio para desarrollar sus actividades. De esta manera, Proyecto Hábitat maneja una complejidad que va desde abordar la conciencia ambiental, el cuidado de la naturaleza y de las cuencas hídricas, la urbanización y el acceso a derechos básicos como la salud, la vivienda y la educación y a un hábitat digno y saludable. Sólo falta que no quede únicamente en los esfuerzos a pulmón de la comunidad y las organizaciones y sea tomado con políticas de Estado profundas y reales.