jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº2275
Frente de Organizaciones en Lucha » Regionales » 10 ago 2021

Chubut

El No a la Mina y los movimientos sociales debaten: ¿es la minería una solución para el desempleo?

La lucha contra la megaminería lleva 18 años desarrollándose en la provincia del sur. Cada vez más sectores se unen a la causa.


Las asambleas en defensa del territorio en la zona de Puerto Madryn realizaron una serie de encuentros con integrantes del Frente de Organizaciones en Lucha y otros espacios para debatir en torno a las consecuencias que acarrea la explotación megaminera en la provincia. Además de los daños ambientales también se charló la problemática del trabajo, ya que es un eje central para quienes hoy se encuentran sin empleo. ¿Es la minería una solución?

Integrantes de la asamblea del FOL Puerto Madryn remarcaron la preocupación respecto de que el gobierno provincial de Mariano Arcioni ya está prometiendo trabajo a la gente humilde y eso genera ilusiones. Pero para Mara Gómez, quien participa de la Multisectorial y estuvo presente en el encuentro, eso se debe a que “nuestro gobierno es entregador, seguro ya estará negociando lamentablemente. Hoy el proyecto se encuentra frenado gracias a la iniciativa popular (…) por eso es importante seguir en las calles y hacer educación con el pueblo para que se den cuenta hacia el abismo que nos conducen”.

La mayor parte de la población chubutense tiene claro que este tipo de emprendimientos implica un devastador saqueo de bienes naturales esenciales para el desarrollo de todas las especies, incluidas la humana. El lema “el agua vale más que el oro” se encuentra muy arraigado en la sociedad, debido a que la megaminería a cielo abierto utiliza millones de litros de agua potable y un alto nivel de contaminación a raíz de la utilización de sustancias toxicas como el cianuro.

Pero las dudas aparecen cuando se trata de trabajo. Las empresas y los gobiernos prometen progreso, riqueza y muchos puestos laborales, pero otras experiencia similares indican que luego esto no se condice con la realidad. El ejemplo más emblemático es el de Minera La Alumbrera en Catamarca, que fue el primer yacimiento que se explotó bajo las leyes actuales y con el método a cielo abierto.

En 1994 la empresa anunciaba la creación de 10 mil puestos de trabajo de forma directa, pero esto no fue lo que sucedió. El libro “15 mitos y realidades de la megaminería transnacional en la Argentina” especifica que “según un estudio de la Universidad Nacional de San Martin, el empleo directo fue de 831, 795 y 894 puestos de trabajo para los años 200, 2001 y 2002 respectivamente”. Se calcula que la cantidad de empleados en el sector a nivel nacional representa tan solo el 1% de la Población Económicamente Activa.   

Esto se debe a que la megaminería es una actividad que se conoce como “capital intensiva”, esto lisa y llanamente significa que son negocios que utilizan mucha inversión pero poca mano de obra. Cada un millón de dólares invertidos se crean entre 0,5 y 2 empleos directos. Mucho menor es lo que representa el salario en la cantidad de valor agregado que los mismos trabajadores produjeron.

Las experiencias mineras en otras ciudades demuestran que además la generación de empleo en este tipo de actividades es muy específica y altamente calificada para los puestos más estables y mejor pagos, mientras que una gran parte de la población local puede llegar a acceder a un contrato temporario y precario. Esto se debe a que el momento de mayor requerimiento de mano de obra es durante la construcción de la mina, para lo cual las empresas contratan mediante terceros y luego de finalizado el proceso es posible prescindir de dichos puestos.

A su vez, la mina tiene un ciclo que se acaba luego de unos cuantos años. Esto produce una gran migración de población al principio y un éxodo muy grande al finalizar el proyecto, dejando a la población local nuevamente desocupada y con un daño ambiental sin retorno.

Otra de las consecuencias a nivel laboral es que la minería es incompatible con otras actividades productivas. La contaminación de los suelos y el agua hace que sea muy difícil trabajar la tierra, producir alimentos o criar animales por ejemplo. El turismo también se ve fuertemente perjudicado debido a los cambios en el paisaje y en el clima. Por lo tanto, por un lado se crean unos pocos puestos, pero por otro lado se destruyen otros.

Un tema aparte merece el rol de las mujeres e identidades sexuales disidentes en contextos donde se desarrollan este tipo de actividades extractivas. La población contratada está altamente masculinizada debido a estereotipos de género y por lo tanto para elles se les reserva puestos secundarios y peor pagos, como los relacionados al catering.

Además con la llegada de muchos varones solos que cobran sueldos muy elevados genera profundas transformaciones a nivel social. Se crean nuevos circuitos de consumo relacionados al esparcimiento masculino, que en una sociedad todavía atravesada de forma profunda por el patriarcado, hace que estas se vinculen al juego, los bares y los circuitos sexuales ocupados muchas veces por mujeres e identidades sexuales disidentes.

Por eso, la reflexión en torno al eje del trabajo es fundamental para que el conjunto de la sociedad chubutense conozca cuales son las posibles consecuencias de la minería y que no le vendan espejitos de colores. La unidad entre distintos sectores de trabajadorxs es fundamental para buscar soluciones colectivas. Por eso Mara Gómez finalizó la entrevista diciendo que “creo deberíamos poder aunar las luchas. Una no la pisa a la otra, tendríamos que poder articular, consensuar, conversar y salir todes (…) seriamos muchísima gente en la calle”.

 

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