El inicio del merendero “Hilando sueños” en Belén, provincia de Catamarca, se remonta a finales de 2020, cuando se realizó la primera asamblea entre vecinas y vecinos dando vida al espacio que albergó 60 niños y niñas y actualmente se encuentra funcionando los sábados y domingos. 

En abril se logró conseguir un espacio físico, nuevo espacio de contención, ubicado en la calle Lavalle 593 y actualmente son 24 integrantes que lo sostienen. En el mismo funciona también el roperito comunitario que está abierto para toda la comunidad desde la consigna “donalo si no lo usas, llévalo si lo necesitas”

La realidad que viven las y los catamarqueños es muy compleja desde hace años. El 35,7% de los habitantes vive por debajo de la línea de pobreza. un 0,5% más que en el primer semestre de 2020, según datos del Indec. Las estadísticas toman como referencia al Gran Catamarca, sobre una muestra 62.921 hogares y 223.653 personas. En este universo 79.758 catamarqueños son pobres, mientras que 11.143 sufren la indigencia. Estas cifras, sin duda se verán agravadas a raíz de la pandemia que profundizará las condiciones precarias de millones de personas. Si bien Catamarca cuenta con una de las tasas de desempleo más bajas del país desde el 2019, la pandemia hizo que el gobierno provincial pusiera su atención mas en la crisis sanitaria, mientras la precarización laboral volvió a alertar a la sociedad, a fines del año pasado con la retirada del IFE se empezó a notar la necesidad de políticas de empleo concretas y en particular en el segmento que es el más afectado que son las mujeres jóvenes.

Raquel integrante del FOL dijo “formar este espacio en nuestro departamento, nos pareció algo fructífero, poder llevar adelante con los compañeros un espacio de contención a través de nuestro merendero donde los y las vecinxs puedan formar parte del mismo, llevar a cabo proyectos para el crecimiento de la comunidad, y apoyar a todos los grupos o movimientos del departamento que sean afines a nuestros valores” agregó.

Lo mismo comenta Ana Sol, “para mí el FOL es solidaridad y aprendizaje. Cuando me sume al grupo tenía claro que el principal objetivo era ayudar a la comunidad en general, a través de nuestro accionar en el merendero y el ropero solidario fui más consciente de las diferentes realidades que se presentan en un pueblo en el que creemos conocernos todos, ese impacto se tradujo en motivación que puse en los productivos, es ahí donde entra el aprendizaje, realizamos diferentes actividades y aprendí de todas ellas al igual que de mis compañeros, realmente es muy enriquecedor.”

Raquel recuerda sobre la decisión de sumarse al FOL, “Cuando nuestra compañera Eugenia nos planteó la posibilidad de sumarnos y formar una sede en Belén, la recibimos abiertamente porque represento no solo trabajo sino poder armar proyectos a futuro para la comunidad”.  A esto Ana Sol le sumó que una cuestión que todos los compañeros y compañeras resaltan es el debate que se da en las asambleas y que todas y todos tienen las herramientas para saber por qué están saliendo a la calle a luchar.

Actualmente el merendero  funciona sábados y domingos en Barrio  Virgen del Valle al cual asisten más de 60 niñxs y cada día se suman más. En tanto, el roperito comunitario que se encuentra a disposición de toda la comunidad. A futuro piensan hacer del espacio un lugar donde se puedan dar clases de apoyo, generar un espacio cultural y otras actividades creativas y productivas.

Una salida colectiva y organizada, basada en la solidaridad, el trabajo, la lucha y la autogestión.