jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº2268
Frente de Organizaciones en Lucha » Opinión » 30 mar 2020

Para lxs humildes que luchan en las barriadas populares de aquí y de allá.

La pandemia del Coronavirus pone de relieve la barbarie y crueldad del sistema capitalista. Ante esto, lxs de abajo nos seguimos organizando para darle una salida colectiva.


Por:
Frente de Organizaciones en Lucha.

La pandemia que azota el mundo ha puesto de relieve toda la barbarie y la crueldad del sistema capitalista. El impacto de la crisis sanitaria, lleva en sus entrañas mayores penurias y calamidades para los sectores populares, para las mujeres, las disidencias sexuales, para lxs pobres del mundo del campo y la ciudad.

La expansión del Coronavirus ha agudizado la crisis económica global. A las innumerables pérdidas de vidas humanas se le suman la perdida de millones de empleos y los que NO serán reconocidos en las estadísticas oficiales, que morirán por hambre frente a la indiferencia del poder.

Las imágenes de la tragedia social recorren todo el mundo. Miles de ancianxs que los Estados dejan morir en los pasillos de los hospitales por falta de recursos médicos, por sistemas de salud quebrados en favor del lucro y el dinero. Desesperación de lxs olvidadxs de siempre que están obligados a peregrinar por las grandes ciudades en búsqueda de un poco de comida entre la basura. Porque la riqueza de pocos es la miseria de muchxs.

En varios puntos del planeta se preparan fosas comunes para lxs muertxs NN que pasaran a la historia sin pena y sin gloria, Como quien quiere borrar de un plumazo la memoria colectiva del crimen y la tragedia.

La realidad que sufrimos es la muestra palmaria de las desigualdades existentes, de las injusticias sociales que padecen las capas populares, lxs desposeídxs de siempre. Los grandes medios de comunicación pretenden instalar la idea que "La Pandemia no entiende de estratos sociales”, invisibilizando las contradicciones de clase; pero está claro que no son los ricos los que corren con los mayores peligros.

Los más ultraderechistas como Trump, Johnson, o Bolsonaro en Brasil inicialmente han descartado la posibilidad del aislamiento nacional a causa de la pandemia, impidiendo parar por completo la economía, lo que habría evitado al menos, la mitad de las muertes.  Porque de lo que se trata es de salvar las empresas, salvar sus ganancias a cualquier precio.

“¿Van a morir algunos? Van a morir, lo siento. Esta es la vida, esta es la realidad” No podemos detener la fábrica de automóviles porque hay 60,000 muertes de tráfico al año, ¿verdad?”. Declaro indiferente el presidente brasileño ante la desdicha y el desamparo de los sectores populares.

Pero la tremenda crisis humanitaria y el creciente descontento popular ante la displicencia de los capitalistas obligan a giros inesperados para detener el avance del coronavirus. Hasta los más liberales deben mesurar circunstancialmente su oda al mercado, adoptando medidas paliativas para contener la crisis social, la recesión y la debacle económica que se gesta por abajo.

Pero también hay que mencionar que las medidas anunciadas por los bancos son absolutamente insuficientes, no solo para enfrentar la pandemia, sino para contener las consecuencias sociales posteriores del desplome de la economía en particular en los países más vulnerables de la periferia como el nuestro.

En el continente las condiciones para enfrentar el actual escenario se muestran aún más adversas. Al ahogamiento por parte del FMI y los bonistas, la caída inevitable del PBI, y la espada de Damocles que representa una deuda impagable, se le suman inmensos bolsones de pobreza que crecerán, si en la argentina no se pone en discusión la distribución de la riqueza. Si en nuestro país no se llevan adelante cambios estructurales con el protagonismo central de las y los trabajadores.

Lxs más golpeadxs somos lxs perdedores de siempre. Cientos y cientos de trabajadorxs golondrinas desocupadxs o varados en las rutas por no poder llegar a sus comunidades de origen. Trabajadoras y trabajadores ocupados obligados a llevar adelante sus actividades esenciales sin las mínimas condiciones sanitarias ante la amenaza del despido. Cuadras y cuadras de familias haciendo colas larguísimas en los comedores comunitarios ante la escasez de alimento. Allí afuera, lejos de los barrios privados, más de 5 millones de informales deben buscar como sea, el pan diario enfrentando la militarización de los barrios y el abuso policial que pretende consolidar la legitimación del aparato represivo para los tiempos que están por venir. Se evidencia también en este cuadro que nuestra población es la más vulnerable, porque vive en emergencia sanitaria desde que nace hasta que muere. Cientos de niños niñes y niñas wichi pierden su vida en el norte argentino a causa de la desnutrición o por enfermedades curables.

Mientras tanto los pudientes, los adinerados de la sociedad, se refugian en los countrys o en los lujosos edificios en puerto madero. Una trabajadora doméstica es obligada a ingresar en un baúl de un automóvil importado del patrón para continuar con sus labores. En este ejemplo se refleja la realidad de miles.

En los pocos días de cuarentena obligatoria los empresarios se preparan para avasallar nuestros derechos. Techint ya ha anunciado el despido de 1500 obreros dejando en un total desamparo y desprotección a las familias trabajadoras.  Esto de alguna manera reafirma la naturaleza de la clase capitalista autóctona y trasnacional. Nada podemos esperar de ellos sino mayor explotación, mayor exclusión y profundización del saqueo en función de recuperar las ganancias pérdidas durante este periodo.

Como ha sido históricamente el destino final de esta crisis estará marcado a fuego por la lucha de clases, por la correlación de fuerzas que seamos capaces de construir en favor de las y los de abajo.

Por nuestra capacidad de aprovechar el escenario de crisis para consolidar y masificar un programa político anticapitalista alternativo. En este sentido se nos abren importantes posibilidades para el campo de la izquierda para poner en discusión los pilares fundamentales del sistema, buscando llevar esta orientación al terreno concreto, al terreno organizativo. Otro mundo es posible más allá de las fronteras del capitalismo, sea en faceta abiertamente neoliberal, sea en su versión nacional y popular.

Los pueblos del mundo para salvar a la humanidad debemos exigir la condonación de las deudas impagables y fraudulentas de todos los acreedores internacionales. Debemos exigir que todos los recursos de los estados y de los privados sean volcados en función de salvar a la población. Las prioridades son la salud y la educación, la protección del empleo y la suspensión de los despidos, así como el resguardo de las masas trabajadoras excluidas del mercado formal del trabajo, que se cuentan por millones.

Por un sistema nacional de salud único y estatal, por la estatización de la salud privada y la industria farmacéutica. Además es indispensable garantizar que el salario sea acorde al valor de la canasta familiar y que haya un control real sobre la inflación. Debe establecerse una política de fijación de precios y castigo a los especuladores. Dichos fondos deben provenir de la aplicación de impuestos a los sectores concentrados de la economía, a los bancos y a los terratenientes.

En estos momentos donde se amenaza la humanidad, desde los sectores organizados debemos impulsar comités de crisis populares en todo el territorio nacional, no solo para organizar la solidaridad y evitar que lxs más empobrecidos mueran de hambre, sino también proteger la defensa de los derechos humanos ante la avanzada represiva. Esto requiere capacidad de unidad de distintos sectores del campo popular en función de enfrentar la carestía de la vida y la ofensiva del capital sobre el trabajo, sino para tener futuro, para que alguna vez la riqueza social sea de todo el pueblo.

Compañeros y compañeras más firmes del FOL y de todos los barrios populares, de lxs más decididxs de nuestras asambleas, se ha comprobado una vez más la solidaridad inquebrantable que nos une en esa batalla por la vida, esa perseverancia ante la adversidad es la conducta que tenemos que seguir garantizando hacia nuestro pueblo en estos momentos tan difíciles para lxs más humildes. De seguro así será.

Frente de Organizaciones en Lucha.

Marzo de 2020

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