La Ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, expresó en una conferencia de prensa que como gobierno están presentes frente a la realidad de las familias y actúan todos los días de manera directa.

Además señalo como un logro positivo que el salario de las y los beneficiarios/as de los programas de empleo sea la mitad del salario mínimo. A su vez acuso a las organizaciones de que los cortes de calle eran métodos extorsivos.

Con un índice de pobreza del 33,6% de la población, lo cual significa que más de 13 millones no alcanzan a poner un plato de comida en sus hogares ni a cubrir las necesidades básicas, las declaraciones de la ministra parecen burla frente a la grave crisis social que vivimos. Si estuviera ocupándose de solucionar los problemas sociales que están viviendo millones de personas no habría tantas familias que apenas pueden logran sobrevivir.

Además, como ella misma admitió en la conferencia de prensa, se espera que para marzo el Indec anuncie un índice de pobreza aún mayor a raíz de los últimos aumentos, tarifazos, despidos y de la terrible pérdida del poder adquisitivo del conjunto de la clase trabajadora.

A su vez, como bien dijo Stanley los salarios que percibimos por los programas de empleo equivalen a la mitad del Salario Mínimo, lo cual nos mantiene por debajo de la línea de indigencia y en la más absoluta miseria.

El índice de inflación para productos básicos aumento en el 2018 un 54%, por lo cual nuestros magros ingresos de 6 mil pesos se nos esfuman entre los dedos en pocos días. A raíz de esto es que exigimos que el Estado deje de precarizar nuestras vidas y que dé una respuesta acorde a los incrementos que venimos sufriendo.

Consideramos que la protesta no es ningún método extorsivo sino que es un derecho que tenemos todas las trabajadoras y trabajadores para enfrentar las injusticias. Los verdaderos extorsionadores son los bancos, los especuladores, las transnacionales y el FMI que digitan la política y la economía del país en beneficio de los más ricos y a costa de la vida de millones de personas.

A su vez y como ya denunciamos, su política de “desintermediar” los programas de empleo el único objetivo que persigue es generar desorganización y desarticular a los movimientos sociales para que la gente se quede en su casa y no tenga ningún tipo de organización que los defienda de los atropellos del estado.

Esos sí son métodos extorsivos, que desconocen todo el trabajo que venimos haciendo las organizaciones sociales, gracias al cual se contiene el hambre y la pobreza  en los barrios populares, mientras el estado mira para otro lado.

Nuestra posición es clara, seguimos en pie y organizados/as porque nuestras urgencias son ahora y no pueden estar supeditadas a los vaivenes electorales. Años de historia nos han demostrado que la única salida posible para el pueblo trabajador es la unidad de las y los que luchan y que las calles son nuestras.