Como consecuencia de la política económica que lleva adelante el macrismo cada vez son más las personas que apenas logran sobrevivir. Según datos relevados por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) hoy hay 13,6 millones de pobres en Argentina, lo que equivale al 33,6% de la población.

Este índice es el más alto desde el 2010, y a él se suman las cifras alarmantes de indigencia que llegan a 6,1% lo que equivale a 2,47 millones de personas. Las principales causas de estos incrementos se encuentran en los tarifazos impulsados por el gobierno, la escalada inflacionaria, la devaluación de peso y las negociaciones salariales a la baja que impuso el oficialismo.

Si bien el mayor aumento de la pobreza se registró en el conurbano bonaerense, donde pasó de un 36,1% al 43,4%, es una realidad que golpea fuerte a todo el país. En distintas zonas referentes del Frente de Organizaciones en Lucha expresaron una gran preocupación acerca de la situación que se vive en los barrios.

“En Tucumán, la inflación ya acumula un 48,5% en lo que va del año siendo un 5% mayor al promedio nacional. La canasta básica total (alimentos y servicios básicos) ronda los $21.600 para un matrimonio con dos hijos y la alimentaria se calcula en 8700$; estas nos golpean cada vez más a los trabajadores y trabajadoras de las cooperativas sin patrón y hace que en los barrios más gente se acerque a los espacios de merienda” expresó Santiago del FOL Tucumán.

Son las organizaciones sociales las que terminan dando respuesta a las necesidades más básicas de la población, siendo los espacios comunitarios lugares de contención y apoyo para tener al menos un plato de comida diario en la mesa.

Por su parte, Melani, integrante del FOL de Río Negro comentó que “en los últimos 4 meses la asamblea se duplicó, de 60 a 120 personas. Además aumento la participación de varones, la mayoría desocupados de la fruticultura y algunos de la construcción. También se empezaron a acercar adultos mayores al merendero y un gran porcentaje de nuestras compañeras además de trabajar en el FOL hacen changas en el trabajo doméstico.”

El caso de la provincia de Misiones también es desesperante; hace algunos meses se hizo conocido el reclamo del sector tarefero, quienes exigían el pago del bono interzafra porque durante los meses en que no hay cosecha las y los trabajadores quedan a la deriva y apenas sobreviviendo. “A partir de la lucha logramos conseguir una tarjeta alimentaria y por lo menos con eso los tareferos están un poquito mejor” conto Sapa, uno de los referentes del FOL en la región.

Aunque a su vez remarcó que eso no alcanza para satisfacer las necesidades de las familias, y agregó que “cada vez se acercan más compañeros. Misiones es una provincia que genera riquezas y tiene recursos propios provinciales, pero nosotros no logramos recibir nada de la provincia. Hay mucha pobreza y ya no sabemos cómo seguir con esto, la gente organizada en movimientos sobrevive, pero no sé como hacen los que no están organizados y están desocupados.”

Mientras tanto en zonas de Santiago del Estero hay pueblos que ni siquiera pueden acceder al agua potable y que denuncian que hace años las familias toman agua de las lagunas al igual que los animales. A su vez, en estos lugares es muy difícil acceder a otros derechos básicos como la salud, la educación y el trabajo digno; las malas condiciones de los caminos imposibilitan la llegada de ambulancias y las y los pobladores mueren por no poder llegar a tiempo a un hospital o salita.

Estas cifras y realidades demuestran que los planes del gobierno de aumentar las partidas alimentarias y la cantidad de programas de empleo no dan abasto ante la cruda realidad que viven millones de personas. Las organizaciones sociales reclaman la creación de puestos de trabajo genuino para terminar con la precarización laboral y la pobreza estructural, pero hasta el momento el gobierno ha hecho oídos sordos.