Por quinto año consecutivo, alrededor de 200 jóvenes del FOL de distintas regionales, se organizaron para llevar y compartir sus producciones al Encuentro Jóvenes y Memoria que se realiza todos los años en Chapadmalal.

El espacio fue creado por la Comisión Provincial por la Memoria en el año 2002, y en un principio estaba destinado exclusivamente para abordarlo desde las escuelas públicas y privadas de la  provincia de Buenos Aires. Desde hace un par de años la propuesta se amplió a la participación de organizaciones sociales, políticas y culturales lo cual implicó nuevos desafíos.

Desde aquel momento los jóvenes nucleados en el Frente de Organizaciones en Lucha comenzaron a participar activamente, dando a conocer ante miles de chicos y chicas de distintos lugares, la realidad que se vive en los barrios, sus problemáticas, sus luchas, sus formas de organización y las inquietudes que los movilizan.

El programa se propone “promover en los jóvenes el sentido crítico sobre el pasado y el presente como parte del proceso de construcción de su identidad y afiliación a la sociedad a la que pertenecen, en el marco del proceso de profundización de la democracia,” y con ese objetivo las y los pibes realizan trabajos de investigación que pueden presentar en distintos formatos como videos, presentaciones artísticas, producciones radiales, etc.

Algunas de las temáticas que se abordan son biografías de desaparecidos de la comunidad, debates sobre seguridad y derechos humanos, derecho a un ambiente digno, discriminación y exclusión social en la actualidad, violencia institucional en democracia, genero y diversidad, participación, militancia y protesta social, entre otros.

De esta manera las y los jóvenes del FOL han realizado videos en donde se destacan aquellos que abordan las problemáticas de género, participación, derechos humanos, exclusión, el trabajo en la juventud, etc. Dando a conocer una mirada nueva sobre cuestiones que exceden al marco institucional de la escuela.

Es una experiencia muy enriquecedora, ya que les permite conocer a personas de su edad de otras ciudades y con otras realidades, les implica un gran esfuerzo organizativo para poder viajar, un proceso de debate y de producción colectiva para armar su propio proyecto, y además para algunos es la primera vez que ven el mar, por lo cual el viaje conlleva esa cuota de emoción y acceso a conocer un paisaje que de otra manera no hubiesen podido.