A raíz de la denuncia pública realizada por las compañeras del Frente Juvenil Hagamos Lo Imposible hacia Ernesto “Toti” Capuccio quien también formaba parte del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) en la regional CABA y de Venceremos Partido de Trabajadores queremos expresar que Ernesto ya no forma parte del FOL porque no estamos dispuestas a seguir soportando a varones violentos, violadores y abusadores hacia el interior de nuestros espacios y porque ante todo nos parece fundamental resguardar a las compañeras denunciantes. 
Por eso, el escrache y la visibilización pública son las herramientas que desarrollamos las compañeras para cuidarnos entre nosotras, para poder poner en palabras las violencias sufridas y cortar con el aislamiento y el silencio al que quieren someternos, y también para alertar a otras mujeres sobre las prácticas violentas y sistemáticas que ejerce en este caso Ernesto. 
Además, a pesar del dolor y la angustia, queremos remarcar el proceso que nos dimos entre las distintas organizaciones en las que participaba Ernesto y que nos posibilitaron llegar a esta instancia más fuerte y unidas. 
Desde el momento en que las compañeras de Venceremos nos dieron a conocer la denuncia y el proceso que se estaban dando en conjunto con HLI, decidimos correr y suspender a Ernesto de todas las tareas que tenía asignadas en nuestra organización hasta poder tomar una resolución final. Esto se debe a que si bien muchas de sus actitudes machistas eran visibles y explicitas, muchas otras se daban en el ámbito de la intimidad y eran silenciadas por parte de él mediante diversos mecanismos manipuladores y violentos. Por lo cual en una primera instancia sólo se pudo expresar un repudio general hacia su militancia. 
Luego del acompañamiento realizado las compañeras pudieron expresar todo lo que habían vivido denunciar las múltiples y terribles violencias sufridas. A partir de ahí, ninguna de las tres organizaciones en las que él militaba vacilamos en proceder a su expulsión y escrache público. 
Esta resolución fue posible entonces gracias al proceso de escucha y de respeto a la voz de las compañeras, y es por eso que aquí reproducimos de primera mano las palabras y la voz de las protagonistas, que a la vez somos todas nosotras. Pudimos colectivamente ponerle un freno a la violencia y marcar un límite contundente e inamovible. Nuestra lucha es cotidiana y no daremos un paso atrás hasta que todo sea como lo soñamos.