Editorial
El fin del gradualismo y el recrudecimiento de las condiciones de vida anuncian un año de fuertes tensiones
Llegando al tercer mes del 2018 el panorama para la clase trabajadora se muestra adverso tanto en el plano social como en el económico. La ofensiva contra el sindicalismo y los movimientos sociales, la discusión por paritarias libres, la inflación y las anunciadas inversiones que no llegan, son algunas de los ejes que atravesarán la agenda.
El triunfo en las elecciones legislativas de octubre le dio a Cambiemos la confianza y el ímpetu que necesitaba para profundizar sus planes de gobierno. Pero luego de las jornadas contra la Reforma Previsional, el pasado 13, 14 y 18 de diciembre, el protagonismo de los movimientos sociales y la fuerte presencia en las calles hicieron que esa fortaleza comenzara a debilitarse. A pesar de la derrota que implicó que la ley se apruebe a espaldas del pueblo, estas históricas jornadas nos posicionan en mejores condiciones para dar la batalla contra el ajuste y las políticas neoliberales, porque demuestran que el camino es la unidad y la lucha en las calles. Aunque aún debemos impulsar un plan de lucha a nivel nacional con todos los sectores opositores a este gobierno.
El impacto de las movilizaciones, los hechos de corrupción que golpean al gobierno, el efecto Triaca y el ajuste en curso hicieron que la imagen positiva de Macri bajara varios puntos según las encuestadoras, lo que demuestra que el descontento social se amplia. Frente a esto, María Eugenia Vidal sigue siendo una figura predilecta para el recambio del proyecto de cambiemos.
En lo que va de este año se registraron miles de despidos en diversos sectores de la administración pública y también en el ámbito privado. En algunos casos implicó que se vieran afectadas poblaciones enteras, como en el caso de Fanazul, los mineros de Río Turbio y los ingenios del norte argentino. Por otro lado, también significó el vaciamiento de algunos organismos del Estado con la tendencia a la privatización (son los casos de la Unidad Ejecutora Provincial en La Plata, Senasa, Inti entre otros).
A su vez, con el anuncio de la modificación de las metas de inflación el gobierno suma un tercer periodo sin poder cumplir con sus objetivos: para el 2016 habían estipulado un 25% y terminó en un 40%, mientras que en el 2017 la meta era 17% y concluyó en 25%. En el caso del 2018 se pasó de prever un 10% a elevarlo a un 15%. Acumulando en consecuencia la pérdida de poder adquisitivo de las mayorías populares en detrimento de las millonarias ganancias empresariales. Esta política está ligada de manera directa a la discusión paritaria, ya que desde el oficialismo pretenden imponer aumentos por debajo de la inflación sin cláusula gatillo, por lo que en estos meses la pulseada estará centrada en la defensa del empleo y las paritarias libres, reclamo al que nos sumamos como movimientos sociales ya que es evidente que nadie puede vivir con 4750$.
El mapa de la oposición
La fractura de la CGT ya es un hecho, y las diferencias se vieron profundizadas con la movilización del 21 de febrero. Tras dicha convocatoria el mapa sindical se fue reacomodando: los sindicatos moyanistas de la CGT junto con la CTA Autónoma, la CTA de los trabajadores de Yasky, la Corriente Federal de los Trabajadores liderada por Palazzo, y las organizaciones sociales que componen el Triunvirato Piquetero, comenzaron a tejer alianzas para unificar los reclamos contra el gobierno. No obstante, todavía queda por resolverse que pasará con la conducción de la CGT y si habrá posibilidades de unificación de esta con las CTA en una sola central.
Frente a esto, el oficialismo contraataca con carpetazos y causas judiciales, y a la vez genera una alianza estratégica con algunos gremios mayoritarios abiertamente conciliadores. Es así, que planificaron un viaje a Europa para conocer otros modelos de sindicalismo. El recorrido fue encabezado por el Ministro de Trabajo Jorge Triaca y fueron de la partida aquellos que no participaron de la movilización del 21, entre ellos Ernesto Ayala titular de Uatre, José Ibarra por los taxistas, Víctor Brandán (Uocra), Julio Monastra (Obras Sanitarias), Karina Trivisono (UPCN), Luis Pandolfi (designado por el ferroviario Sergio Sasia) o José González (Comercio).
Por otra parte, la oposición patronal y el conjunto del peronismo siguen sin poder resolver quien encabezará la unidad del Partido Justicialista. Aunque el pasado 8 de febrero comenzaron a dar algunos pasos y se reunieron representantes del kirchnerismo, randazzismo y massismo en un encuentro realizado en la UMET.
Cabe destacar, que de la marcha del 21 también participaron diversos sectores de trabajadores muchos de los cuales se encuentran en conflicto por lo cual su principal reclamo fue contra los despidos. Otra columna importante estuvo protagonizada por el sindicalismo combativo y la izquierda; y también estuvieron presentes las organizaciones sociales quienes reclamaban por paritarias libres para el sector cooperativista precarizado yLejos de resaltar estos reclamos, los medios masivos apuntaron sus cañones a remarcar la pelea entre Moyano y el gobierno como forma de deslegitimar las justas demandas de la clase trabajadora.
Las organizaciones piqueteras hemos sido uno de los actores más dinámicos en los últimos años, con fuerte presencia en las calles y con iniciativas de unidad de acción para enfrentar el ajuste. Sin embargo esta política de frente único no significa que no existan diferencias entre las organizaciones; hay sectores que deciden encolumnarse detrás de partidos patronales como son las diferentes variantes del peronismo, mientras que otros luchamos en unidad para que nuestros reclamos sean escuchados pero mantenemos nuestra independencia política y de clase.
Es así que la marcha del 21F demostró presencia en las calles, pero no convocó a un paro nacional activo como debería haber hecho para profundizar la lucha y así enfrentar el ajuste y las intenciones de realizar en su completitud la reforma laboral. La misma comenzó a implementarse de forma parcializada, como es el caso de la modificación de los convenios colectivos de trabajo de los ferroviarios. El gobierno necesita completar esa reforma porque es la carta que le queda para atraer las inversiones, reducir costos laborales y aumentar la precarización laboral.
A su vez, en los últimos días cambiemos ha dado a conocer el programa “hacemos futuro” que forma parte de la avanzada que se viene implementando contra los movimientos sociales para quebrantar su organización y para implementar el ajuste. Este proyecto será una nueva instancia para el desarrollo de la unidad de acción de las distintas fuerzas, ya que implica el vaciamiento de las políticas de empleo para los sectores más vulnerables. No es real que la escuela pública pueda absorber a todos los beneficiarios del Programa Argentina Trabaja, siendo que la política que vienen implementando es la eliminación de cursos, cesanteo a docentes, paritarias por debajo de la inflación y achicamiento del programa fines, entre otras. Mientras que tampoco hay una verdadera política de empleo sino que por el contrario cada vez se registran más despidos tanto en el sector público como en el privado.
frente a este panorama el pilar fundamental para defender los derechos de los trabajadores será la unidad en la calle en pos de hacer visible una propuesta de país alternativa a las variantes patronales. En ese camino seguimos construyendo.