La Junta Interna de ATE Indec reveló que desde el 2015 hasta el presente la clase trabajadora perdió un 34% de su poder de compra, es decir que para equiparar el sueldo minimo a los valores de hace cinco años, hoy una familia de cuatro integrantes debería estar cobrando 75.324 pesos. En este sentido el reciente incremento del Salario Mínimo y las medidas economicas anunciadas siguen resultando insuficientes y dejan en evidencia una visión a corto plazo con el objetivo puesto en las elecciones.

Pero además el informe remarca que esos valores serían para evitar la caída del salario, pero si se calcula lo que una familia necesita hoy para vivir las cifras son aún mayores. Así, “un hogar constituido por una pareja de 35 años con dos hijxs en edad escolar necesitó, en agosto de 2021, de $108.660.- para satisfacer sus necesidades. Este valor se compone de $36.559.- necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $72.101.- para acceder a otros bienes y servicios básicos” dice el documento.

Las canastas utilizadas por la Junta Interna no son las que utiliza de manera oficial el organismo para la medición de los datos, sino que son una propuesta innovadora denominada Canasta de Consumos Mínimos, que implementan lxs trabajadorxs que llevan adelante las estadisticas y que deberían transformarse en una herramienta fundamental para las discusiones paritarias.

La crisis economica que se profundiza año a año hace que la posibilidad incluso de acceder a la canasta de alimentos sigua quedando muy alejada de las posibilidades de muchos trabajadorxs. Esta situación se agrava si se analiza el sector de desocupadxs/precarizadxs que perciben un programa de empleo que equivale a la mitad del Salario Mínimo, Vital y Móvil.

A raíz de esto, la semana pasada distintos sectores sindicales combativos, organizaciones políticas y movimientos sociales realizaron una masiva movilización para exigir que el minimo sea equivalente a la Canasta Básica de 70 mil pesos. Bajo la consigna “la deuda es con el pueblo, no con el FMI” apuntaron a que las prioridades deben invertirse para priorizar cuestiones urgentes y básicas como el salario, el trabajo, la educación, la vivienda, la salud y la lucha contra la violencia de género.