Actualmente lxs jóvenes que nos sumamos al FOL mantenemos vigentes los principios que unieron a la clase trabajadora hace cinco décadas atrás. A través de la historia existieron y todavía siguen presentes las luchas por los derechos de lxs trabajadorxs y por el cambio social y por eso podemos darnos cuenta de que el esfuerzo de muchxs de nuestros compañerxs ha valido la pena.

Sin embargo, ¿En qué situación se encuentra actualmente la juventud? La frágil e inestable condición económica a la que es sometido nuestro pueblo por el gobierno y los capitalistas, la hemos visto reflejada con esta pandemia donde 150 mil puestos de trabajo se perdieron, según datos del propio ministerio de trabajo.

 Según el informe sobre “Desempleo juvenil y políticas sociales” Nº 37 de marzo de 2021 del CEM (Centro de Estudios Metropolitanos) en la Argentina en la actualidad hay 9.000.000 de jóvenes (20% de la población total). Se entiende por joven trabajadxr a toda persona entre los 18 a 30 años de edad, ellxs representan el 26% de la población ocupada laboralmente en nuestro país y a mayoría no se encuentran ni estudiando ni trabajando.

La pérdida de empleo en el marco pandémico para los jóvenes ha sido letal. Según datos del CEM de los 3.900.000 de puestos de trabajo perdidos en el país, 1.300.000 corresponden a jóvenes, un tercio del total. A esto se le suma que para muchxs de nosotrxs el trabajo de plataformas (como glovo, rappi, pedidos ya, etc) son la única opción para tener un ingreso, y esto significa una gran precarización para la juventud.

En esta actual coyuntura y con estos datos, no debemos soltar nuestros horizontes de seguir luchando por el cambio social. Recordamos las palabras de nuestro compañero Alejandro, integrante del FOL, que nos invita a reflexionar, “había una alianza obrero-estudiantil muy importante, se hacían asambleas conjuntas. Entonces esa situación de organización, de conciencia y de un alto nivel salarial hizo que ante los ajustes de Krieger Vasena la reacción de la clase trabajadora fuera muy contundente”. El Cordobazo hirió de muerte a la dictadura y al año siguiente Onganía tuvo que renunciar. A partir de este momento comienza a darse un alza en la conciencia de las trabajadoras y trabajadores, y del conjunto de la sociedad.

Por eso, hoy retomar esa alianza de clase es fundamental, a la vez que seguimos construyendo desde los movimientos sociales sosteniendo las ollas populares, comedores y merenderos en nuestros barrios, espacios de niñez y educación popular, espacios de contención para nuestrxs compañerxs que sufren violencia de género. No bajamos los brazos para seguir pidiendo trabajo y salario digno, apoyamos las luchas estudiantiles, por el medio ambiente, seguimos exigiendo tierra para vivir.

Luchas como el Cordobazo nos siguen inspirando. Seguimos en las calles y en unidad por el cambio social.