Julieta del Pino, de 19 años de edad había desaparecido el viernes 24 de julio, cuando regresaba en bicicleta a su casa luego de una jornada de trabajo aproximadamente. En ese momento, según investigaciones posteriores, fue interceptada por Cristian Romero, de 28 años de edad, de profesión albañil y compañero de trabajo del hermano de la víctima, quien la obligó a subir a su vehículo, la llevo hasta el domicilio donde residía ubicado en la calle Güemes al 300 de la misma zona, dónde posteriormente la golpeó brutalmente y estranguló, para luego arrojarla al interior de un pozo en el patio del mismo, tapándola con cal y tierra para ocultar el hecho.

Según testimonio de Fabiana Morón, mamá de Julieta, ésta recibía mensajes intimidatorios por parte de su homicida, al igual que otras jóvenes del lugar que al realizar las denuncias se encontraban con similares respuestas por parte de la justicia.

 Los fiscales Susana Pepino y Matías Merlo ordenaron su detención y no descartan que hayan más involucrados en el crimen, por lo que ordenó una serie de allanamientos uno de ellos en la localidad de Gödeken, ubicado a unos 10 km de Berabevú en busca de una segunda persona relacionada con el caso. Así mismo se le atribuyo a Cristian Romero la autoría del delito y lo imputaron por homicidio agravado por el vínculo por ser cometido en un contexto de violencia de género.

Una vez más toma relevancia la importancia y la agilización judicial en materia de género,  dejando al descubierto la incapacidad resolutiva de delitos de menor complejidad, que indiscutiblemente serviría para una prevención ante hechos de éstas características.