Repudiamos enérgicamente las falsas acusaciones emitidas por Ricardo Zacarías, delegado de Desarrollo Social en la provincia de Misiones. El mismo dijo que las organizaciones sociales tenían manejos irregulares con respecto a los programas de empleo y hasta argumentó que se usaban para extorsionar a la gente mediante prostitución.
Denunciamos que esta es otra manera de perseguir y amedrentar a quienes se organizan y luchan por tener un trabajo genuino y una vida digna. Si ocurriera algo de lo que se nos acusa seriamos los y las primeras en denunciarlo. Pero lo que ocurre es justamente lo contrario, es el gobierno quien hace un uso discrecional y arbitrario de los programas de empleo, dando de baja sin justificación a nuestros compañeros y compañeras que sin ese ingreso no pueden ni siquiera garantizar un plato de comida en la mesa.
Desde hace años somos las organizaciones sociales las que en las barriadas y en las provincias más pobres del país damos respuestas a las necesidades urgentes de la gente, tales como la comida y el trabajo, cuando debería ser el Estado el que garantice estos derechos básicos.
En el FOL hace décadas venimos construyendo la democracia interna de nuestra organización, luchando contra las lógicas punteriles y autoritarias que tanto mal le han hecho a nuestro pueblo, y que muchas veces son parte de los armados impulsados por intendentes y funcionarios.
Nosotros/as nos organizamos de manera asamblearia fomentando la participación de todos nuestros compañeros y compañeras a la hora de tomar decisiones con respecto a la organización del trabajo, la distribución de los recursos obtenidos en la lucha, y los criterios internos de convivencia y respeto.
Ante un contexto de crisis económica y donde la pobreza extrema crece mes a mes, el gobierno de Cambiemos tiene a las y los trabajadores como la principal variable de ajuste y recorte. Fueron ellos los que nos dieron la espalda durante meses cuando reclamamos el bono interzafra para las y los tareferos o cuando nos movilizamos en todo el país para pedir un aumento salarial, ya que con 7500 miserables pesos la situación ya no se aguanta más. Mientras nos dicen que ya no hay más presupuesto, se empeñan en ver dónde más recortar para pagarles la deuda a sus amigos especuladores y al FMI.
Invitamos a toda la comunidad a acercarse a nuestros barrios para conocer el trabajo que hacemos a pulmón y con el sacrificio de cientos de compañeros y compañeras. No estamos dispuestos/as a seguir soportando mentiras y persecución, sabemos que nuestro lugar es la lucha en la calle y por ese camino continuaremos.

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