Tres grados hacían en la 9 de Julio, cuando miles de trabajadorxs cooperativistas, precarixs y descocupadxs  decidieron levantar sus carpas y acampar frente al Ministerio de Desarrollo Social.

¿Cuál fue la respuesta del gobierno? Acusar de “extorsión” a los manifestantes como si no acontecieran sucesos por demás alarmantes en estas tierras.  "No los va a recibir. Son unos extorsionadores", aseguraron desde el entorno de la ministra al portal INFOBAE.

Durante toda la jornada que comprendió el miércoles 4 de septiembre y la mañana del 5, gran parte de los medios de comunicación se dedicaron a instalar la indisciplina piquetera; indisciplina que sacude los aires, oxigenando de lucha tiempos en que todos miran hacia octubre sacando el trapo blanco de la tregua.

¿Son las cooperativistas las extorsionadoras? ¿Es el gobierno de Mauricio Macri víctima de esta situación? Nada más lejos. Antes hay que decir que las trabajadoras que hacen el mantenimiento de plazas y espacios públicos, que salvan la olla de miles de pibxs (entre decena de actividades) perciben un sueldo de $7500, muy por debajo de los $31.934 que una familia debe cobrar para no ser pobre en Argentina.  

Para peor, la corrida cambiaria del lunes 8 de agosto mordió un 30% del poder adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores populares.  ¿Alguien escuchó a funcionarios del gobierno o de la oposición denunciar extorsión del capital financiero o las grandes corporaciones?

Otro de las exigencias de ayer eran programas de empleo para las miles de familias que quedaron sin nada tras las sucesivas devaluaciones. Algunas estimaciones privadas estiman que para diciembre el 11,1% de la población no percibirá un salario y un 37,3% será pobre.  

El mismo Estado que te mata de hambre y te plantea una extinción lenta (con suerte) te dice que si protestas por lo que te corresponde  te va a acusar de extorsión, te va a judicializar y si puede te va a meter en cana, cuando no lincharte.

Argentina vuela por los aires y los medios hablan de “caos en el tránsito”, “extorsión” o cuál chivo expiatorio surja. El gobierno ordena una transición saqueadora bajo la receta del FMI, al tiempo que miles de personas caen día a día en la pobreza. Entre la resignación y la lucha, claramente seguiremos transitando la segunda a riesgo de ser tildadxs o estigmatizados con la burrada que se les ocurra.  

Sobre la protesta de ayer, dígannos, llámennos o señálennos como quieran, nosotrxs seguiremos planteando lo que nuestra compañera Ana embanderó ayer durante una entrevista televisiva: "No queremos planes, queremos trabajo".